“Promesas” que ya tienen 10 años
Carribares cerca de Costanera: del abandono de hoy a un plan posible
Están en J. M. Gutiérrez, entre Laprida y Alte. Brown. El sector está en total descuido: la carpeta asfáltica está rota y llena de pozos, faltan iluminación y baños públicos. Ahora, hay un proyecto -en evaluación- que plantea colocar pavimento articulado y convertir esa calle en formato “manda peatón”, entre otros puntos.
El principal problema es la calle del sector de carribares cerca de la Costanera, que está dinamitada de pozos.
Foto: Mauricio Garín
Redacción El Litoral
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Son siete carribares que emplean a unas 50 personas. Están en la calle J. M. Gutiérrez, entre la Av. Alte. Brown y Laprida. Fueron reubicados en 2008 bajo promesa de una readecuación integral de esa zona —mejoras en la iluminación, calles, sanitarios para el público, etc.—. Pasaron 10 años desde que se estableció la relocalización desde el Municipio y no cambió casi nada (ver Antecedentes).
Hace unos días hubo una reunión entre algunos concejales y dueños de esos carribares. Se tomó nota de los reclamos sobre mejoras en esa calle —totalmente rota y llena de baches—, más iluminación e instalación de sanitarios, entre otros. La edila Marcela Aeberhard (PJ) había presentado un resolución al Concejo solicitando al Ejecutivo que se cumpla con los estudios de factibilidad técnica y económica para la puesta en valor del área. La reunión no quedó sólo en el reclamo: hay un proyecto en ciernes, un plan “en boceto” del Municipio para dar solución a un tema que lleva una década.
Idea a futuro
El concejal oficialista Carlos Pereira (UCR-Cambiemos) estuvo presente en ese encuentro. En diálogo con El Litoral, adelantó algunas líneas de ese proyecto que aún deben consensuarse entre el área de Planeamiento Urbano de la Municipalidad, con representantes de la vecinal 7 Jefes y, principalmente, con los titulares de esos carribares.
Este plan “incluiría un reacomodamiento de los carribares dentro de la misma calle. Quizás pasarlos enfrente (al otro cordón) con la idea de que tengan mayor visibilidad, algo que permitiría traerlos más cerca de la Costanera Oeste. Esto también ayudaría a las ventas. También, la revalorización de la pequeña plazoleta que está en la esquina, y la posibilidad de construcción de sanitarios”, adelantó el edil.
Otro de los puntos del proyecto sería “colocar pavimento articulado en la calle y convertirla en el formato ‘manda peatón’ (el caminante tiene prioridad ante los vehículos, que podrían ingresar sólo en forma transitoria y en determinadas horas); quizás peatonalizarla en los horarios de mayor uso o algunos fines de semana. Todo se está evaluando, pero la idea es jerarquizar el lugar”, resaltó Pereira.
Este cambio en la lógica de calle Gutiérrez “permitiría que los dueños de carribares puedan colocar mesitas para la gente que asiste. Estas cuestiones se están hablando con todos los actores: los dueños, la vecinal, el Municipio. Se tratará de ir consensuando un proyecto definitivo. Es cierto que los vecinos valoran el lugar y creen que hay mejorarlo”, agregó Pereira. Esto, una vez acordado, se empezaría a aplicar el próximo año.
Marcela Aeberhard contó que hubo reuniones con autoridades municipales sobre este tema: “La propuesta se pondrá a consideración de los propietarios; se podría avanzar, pero ahora teniendo un plan de trabajo. No obstante —prosiguió—, la mejora de calle debe ser inmediata; también las podas de árboles y el cambio de iluminación por Led, la conexión del agua, un baño de material. Antes de fines de año debe haber alguna acción concreta porque está a la vista de que (el área) tiene un potencial enorme y que están olvidada”, pidió la concejala.
El presente
María Rosa Canalis es titular del conocido carribar “La Gallega”, que está en esa calle. Describió la situación actual. El asfalto de Gutiérrez, donde están los siete carribares, está totalmente deteriorado. “Consideramos que hay que tomar una medida urgente, porque los pozos están prácticamente cortando la calle”, dijo a El Litoral.
Otro de los problemas son la falta de iluminación; no hay baños públicos (“la gente nos pide baños, pero le tenemos que decir que no hay”, contó) y faltan cordones cuneta. “Todo esto fueron promesas después del traslado (en 2008) y que nunca se cumplieron, pero ahora estamos al límite”, se quejó Canalis.
La dueña confesó que las ventas y la actividad en los carribares ha caído, en gran medida por el estado de la calle y del sector. “La gente ya no quiere entrar con los vehículos a la calle, por miedo a romper sus autos por los pozos. También por la situación general económica de las familias hoy. Todo esto ha repercutido en nuestro rubro. Esperamos que con este proyecto que se está evaluando se llegue a una solución”.
Antecedentes
En 2008, el entonces intendente Mario Barletta firmó un decreto (el Nº 01658, fechado el 17 de diciembre de ese año), donde se exponían “reiteradas denuncias de vecinos por ruidos molestos”, un “desordenado estacionamiento vehicular”, una “agresión a la tranquilidad de la zona”, etc. por lo cual se decidió relocalizar los carribares en cuestión, que antes estaban en en la Costanera Oeste.
“La relocalización de estos comercios (carribares) fuera de Alte. Brown permitirá reordenar el número de vehículos particulares que interactúan en los espacios públicos de circulación, lo que será propicio a un tránsito menos conflictivo y a una convivencia más racional (en ese sector)”, decía el decreto. Así, se fija la creación de “Áreas de Servicios de Comidas al Paso y Pastelería”.
Pero en su artículo Nº 6, esa normativa municipal encomendaba a las secretarías de Control, Planeamiento Urbano, Obras Públicas y Recursos Hídricos y la Desarrollo Social a “reacondicionar esas áreas de servicios (donde funcionan hoy los carribares)”, con “adecuada limpieza, pavimentación, iluminación, señalización y demarcación (...), a colocar baños químicos y cestos de residuos en forma suficiente”. Hasta donde supo este medio, sólo se cumplió en la colocación de cestos y bancos.