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Del 0-3 ante Independiente a este 0-3 con los mendocinos...

16 meses y 17 partidos de un gran romance

A Unión le encontraron la vuelta y lo obligaron a jugar el peor partido del torneo. Se perdió la posibilidad de trepar a la punta, pero nadie le quita lo bailado. Fue el último equipo en perder el invicto en la incipiente Superliga Argentina.

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Así se fueron los jugadores luego del 0-3 ante Godoy Cruz, entre muchos aplausos y aliento de la gente. Se valoró mucho la campaña que se está haciendo y los 16 meses sin perder en la avenida.

Foto: Manuel Fabatía

 

Enrique Cruz (h)

Pasaron 16 meses desde aquel 22 de junio del año pasado. El destino quiso que esta derrota con Godoy Cruz se refleje con las mismas cifras en el resultado que aquella ante Independiente. El 3 a 0 con dos goles de Rigoni y el otro de Albertengo, había sembrado una profunda preocupación en Unión. Desde ahí en adelante, Unión no perdió más y mantuvo una racha inigualable de 17 partidos sin perder en la Superliga. Alguna vez tenía que ser, aunque el fastidio llega como consecuencia que se da justo en un partido en el que Unión estaba para dar un salto histórico y llegar, aunque más no sea por algunas horas, a la cima del torneo. Matías Castro, Blasi, Erramuspe, Nahuel Zárate, Magallán, Villar, Mauro Cejas y Anselmo fueron algunos de los nombres que Pablo Marini, el técnico de entonces, utilizó para intentar frenar a un Independiente que desparramaba fútbol por entonces. La caída fue el corolario del pobrísimo paso de Marini por Unión. Y a partir de allí, el convencimiento de que había mucho que cambiar, empezando por retomar una senda que Unión había desviado bastante tiempo antes.

La despedida a puro grito del hincha tatengue fue el mejor reconocimiento hacia esta campaña y hacia este plantel. Una derrota no mancha lo logrado. Quizás, frena esa aspiración al salto de calidad que siempre se pregona. Pero alguna vez se podía trastabillar, mucho más en este contexto tan parejo y competitivo del fútbol argentino.

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Dabove pensó en Unión como si enfrente tuviese a un Boca o a un River. Y no es una exageración. Estudió minuciosamente cada movimiento, cada detalle, cada uno de los fundamentos de juego del equipo que venía con tres triunfos al hilo y levantando niveles en la tabla. Salvo el “Morro” García, que fue siempre el más adelantado, todos los demás se pusieron en la cabeza que no debían perder el orden, la concentración y el esfuerzo permanente para no dejarse avasallar por Unión.

Tapados los marcadores de punta, tampoco Zabala y Fragapane pudieron abrir a un equipo que estuvo tan bien parado en la cancha, que ejerció casi siempre superioridad numérica, algo a lo que Unión no está acostumbrado.

Se dio también una noche de mediocridad generalizada en casi todos los jugadores. A Mauro le quedaba la pelota enredada entre sus piernas; Acevedo no podía encontrar ni la pelota ni los espacios y los dos volantes, como ya se dijo, no tenían llegada ni desequilibrio en el mano a mano, quedando Soldano casi como una figura decorativa arriba, ante la falta absoluta de llegada que tenía el equipo.

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Nadie se da cuenta, mejor que Madelón, que cada partido es una historia nueva. En algún momento de la semana, aunque más no sea con su propia almohada, habrá pensado si repetir era lo mejor. El esquema había servido para ganar dos partidos seguidos de visitante, pero podía ser perjudicial para jugar de local. Algo de eso deslizó en la conferencia. Y también lo llevó a los hechos, porque bastante tiempo antes del final del primer tiempo, ya había mandado a Andrada y a Troyansky a realizar los movimientos de calentamiento.

También por eso, estratégicamente se apuntó a tratar de llegar rápidamente al gol. Todo esquema se consolida cuando el equipo va ganando. Y entra en el terreno de la duda, cuando va perdiendo o cuando no encuentra las mismas facilidades y beneficios que en los partidos que dio resultado. Todo Unión se dio cuenta, sobre todo los jugadores adentro de la cancha y el propio entrenador, que este partido ante Godoy Cruz, desde el arranque, no era igual al de Central y al de Argentinos. Y así le fue.

Un detalle no menor. Si bien la campaña de Godoy Cruz es irregular en esta Superliga, con jugadores que —como el Morro García— no están repitiendo lo que daban con amplitud y jerarquía en el torneo pasado, se trata del equipo argentino de mejor rendimiento en el torneo local en lo que va del 2018. Ha sumado 55 puntos en el año el equipo mendocino, que se convirtió en un inesperado protagonista del torneo anterior, peleándole el título de campeón a Boca y que en este sábado de tanta expectativa para Unión, se encargó de ponerle un abrupto freno a la ilusión tatengue, que de todos modos se mantiene intacta en esa pretensión de mejorar lo hecho en la Superliga pasada.

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Ésta era la postal, aquel 22 de junio del año pasado que ya quedó tan lejos en el recuerdo. Desde allí, Unión elaboró una campaña de mucha fortaleza en el 15 de Abril.

Foto: Manuel Fabatía



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