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El domingo, en ATE Casa España

Gabriel de Pedro: cosas por decir

  • El pianista y compositor presentará su disco “La mujer árbol” junto a su quinteto e invitados. El Litoral desanduvo junto al artista un entramado de creaciones propias y reversiones con lenguaje propio.
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Malevaje 2.0: De Pedro en el centro, escoltado por Raúl Vallejos (violín), Danilo Cernotto (bandoneón), José Luis Vallejos (contrabajo) y Mauricio Pitich (guitarra). Foto: Gentileza producción

 

Ignacio Andrés Amarillo

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El pianista y compositor santafesino Gabriel de Pedro junto a su quinteto típico de tango presentan su última producción discográfica, “La mujer árbol”. El concierto será el domingo 26 a las 20.30 en ATE Casa España (Rivadavia 2871).

Será un recorrido por composiciones propias y clásicos del tango de Osvaldo Pugliese, Francisco de Caro, Alfredo Gobbi y Homero Manzi, entre otros. Promete ser una nueva apuesta a los estilos actuales del tango con un carácter tradicional y al mismo tiempo con un nuevo aire de canción tanguera.

Además de De Pedro en piano, composición y dirección, subirán al escenario Raúl Vallejos, en violín; Mauricio Pitich, en guitarra; José Luis Vallejos, en contrabajo, y Danilo Cernotto, en bandoneón. Será un espectáculo integral de música, baile y canto. Como invitados participarán: Guillermo Ibáñez, en voz, y las bailarinas Esmeralda Dotti y Lucía Ferrer.

Antes del encuentro, El Litoral dialogó con De Pedro sobre este disco y su presente artístico.

A fuego lento

—Después de “Tango maestro” junto a Luciana Tourné y “Quedémonos aquí” con Andrea Eletti, llega este disco del Quinteto, mayoritariamente instrumental. ¿Por qué se hizo esperar tanto este material?

—Estimo que la espera tiene que ver con sentir que uno tiene realmente algo para decir, ya sea a través de las composiciones, o del estilo y que no estoy armando un disco porque “lo tengo que hacer”. De alguna manera siento que el tango es una música que requiere una maduración en todos los aspectos y un año no es nada para esto. Sólo espero no tener que esperar tanto para el próximo.

—Dijiste que el imán de todos los otros temas es la canción instrumental “La mujer árbol”. ¿Por qué ése es el eje organizador?

—Principalmente, porque es una canción, y eso significa que se jerarquiza la melodía, por eso el disco tiene ese centro, la melodía, la canción, y acá aparece esa pregunta que viene del tango, del blues, de la música ancestral: “Pibe, ¿qué tenés para decir?”. Mi intención con este disco es decir y la canción es el eje fundamental del mismo.

—¿Cómo se fueron articulando los demás temas, tanto propios y ajenos, y cómo dialogan entre sí?

—Los fui probando en vivo, tocando y viendo si no me cortaban con la idea de un giro melódico, también si me aportaban algo de “aire” a la propuesta y también si me daban la posibilidad de traer un poco de tradición tanguera al sonido general del disco. Por otro lado, todos los temas son a la veces un pequeño homenaje o agradecimiento a alguien. Por eso, quería que haya tangos de (Alfredo) Gobbi, (Osvaldo) Pugliese y uno de mis compositores favoritos: Francisco de Caro.

—Temas propios como “Mesa de amigos” y “Danza de Marti” (para tu hija) son composiciones dedicadas. ¿Te dispara algo el destinatario de una obra o sale la pura música y después te remite a la persona?

—Sí, son composiciones dedicadas. No siempre nacen de la misma manera. Por ejemplo, con “Mesa de amigos” tenía en la cabeza la idea de una melodía y a medida que la iba trabajando me aparecía un imagen de una reunión con gente querida, en especial amigos. Pero, con “Danza de Marti” fue distinto, yo empecé a buscar una idea para un tema dedicado a Martina, me imagine sus momentos de juego y sus momentos de descanso y desde ahí compuse la música.

Sonoridades

—Convocaste a Guillermo Ibáñez para volver a grabar “Barrio Sargento Cabral” (que habías hecho con Luciana) en dúo de piano y voz. ¿Qué te llevó a buscar esta versión?

—Yo tenía ganas de volver a grabar “Taconeando por el Boulevard” y “Barrio Sargento Cabral”. Como “Barrio...” es cantado se me ocurrió tener una versión con voz masculina. Cuando Guillermo retornó a Santa Fe me invitó a participar en la presentación de su disco de tango y de ahí quedamos en contacto, yo lo invité a algunas presentaciones del Quinteto, y me gustó mucho el estilo de Guillermo y su versatilidad. Lo invité y se me ocurrió armar una versión de dúo, muy distinta a la anterior con Luciana.

—Todos los grupos y orquestas reconocidos tienen un toque distintivo en los arreglos, en el tempo, en la manera de acentuar. ¿Qué cosas sentís que definen a esta altura al sonido del Gabriel de Pedro Quinteto?

—Para mí lo definen dos o tres cosas: uno es el uso de la guitarra como instrumento de importancia en los arreglos y al final en el sonido del grupo. Después, cierta simpleza en la búsqueda de la melodía o identidad temática del tango, o sea, trato de buscar un nuevo clasicismo en la composición del tango -cosa que cuando escuches un tango mío lo identifiques inmediatamente- y, por último, la forma más contrapuntista del armado del arreglo, no tan en bloque, de alguna manera más salganiana.

—Después de nueve años del grupo, ¿sentís que ahora suena como querías o todavía hay cosas por trabajar?

—Yo siento que hemos llegado a un lugar concreto con el quinteto, quiero decir un lugar deseado para todo grupo. Un lugar donde podemos escuchar a un grupo de tango pero del 2018 y de Santa Fe, cosa que es muy difícil de lograr. Pero seguro, que quiero ir más allá, aún no se hasta dónde.

Formación

—Encontraste un estilo como pianista que va desde la conducción del conjunto desde las teclas a momentos de protagonismo, con climas de romanticismo decimonónico, como en “Loca bohemia” o “Impresiones andariegas”. ¿Cómo fuiste depurando eso como intérprete y arreglador de vos mismo?

—La verdad es que es un constante desafío, pero por otro lado el arreglador ayudó al intérprete a ser más abierto, más sensible respecto del tango, no tener que “aporrear” todo el tiempo para ser tanguero y menos aun para expresar. Ahora, como pianista encontré que soy amante de la música de Horacio Salgán, Francisco de Caro y de las influencias de ellos también, me refiero al ritmo sutil y con gracia, y la música clásica.

—Con Jazz Ensamble te volviste un reconocido pianista de jazz, y mientras girabas como tecladista de blues con Mo’ Blues fuiste forjando una carrera como figura del tango en Santa Fe, con el Quinteto y La 348 Gran Orquesta Típica. ¿Cómo conviven tantos Gabriel en uno, y cómo se fue dando esa deriva hacia el tango?

—Fue un recorrido muy enriquecedor: de alguna manera la música popular tiene sus conexiones profundas que sólo lo entienden quienes tocan la música y así y todo es muy difícil de explicar, siempre me encuentro dando ejemplos de cómo se interpreta el tango hablando de blues o jazz, como si fueran cosas iguales y tal vez lo sean. El piano me llevó al tango y luego, la vida de músico. No sé cómo llegué pero agradecido estoy de estar en el tango.

—¿Cómo sigue tu actividad después de la presentación?

—Después del domingo vamos a estar moviendo el disco por Paraná, Rosario y Buenos Aires, quiero hacer escuchar lo nuevo del Quinteto. Seguro que vamos a estar tocando de nuevo en Santa Fe para antes de fin de año pero en escenarios más chicos para poder disfrutar de la gente amiga y amante del tango, con invitados especiales que nos traigan buena energía a la ciudad.



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