Vecinos reclaman más vigilancia tras violentos asaltos a mujeres
La mayoría de los hechos sucede en horas del atardecer. Aseguran que los delincuentes se movilizan en motos de color rojo y negro y atacan a mujeres cuando ingresan o salen de sus viviendas.
“El problema no es el hurto de pertenencias materiales, sino el temor y los daños físicos que nos ocasionan en este actuar violento”, aseguran los vecinos de barrio Guadalupe.
Foto: Guillermo Di Salvatore
Redacción de El Litoral
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El lunes a las 7 de la tarde, dos jóvenes en una moto interceptaron a una vecina mientras ingresaba con el auto en su garaje. Sorpresivamente frenaron, sacaron un revólver y le apuntaron a su hija de 11 años. En una arriesgada reacción, la mujer comenzó a gritar con la esperanza de que alguien la oyera y los delincuentes se espantaran.
Desde hace algunas semanas, hechos como este suelen ocurrir en barrio Guadalupe en horas del atardecer, cuando residentes del barrio regresan a sus casas luego de un día de trabajo. Ante esta serie de acontecimientos, un grupo de vecinos autoconvocados dialogó con El Litoral para hacer público su reclamo y exigir mayor seguridad.
Lo que era un barrio residencial se convirtió en este último tiempo, en una boca de lobos. “Hay zonas con escasa iluminación y la prefectura está parando a vecinos en la esquina de Bv. Mutis y Av. Alte. Brown, mientras a unas pocas cuadras ocurren asaltos. Sin embargo, los agentes no caminan en el interior del barrio”, manifestó Georgina Colly. Como ella, se suma al relato colectivo Juan Gauna y Ana María Carballo, quienes aseguran que los delincuentes tienen la modalidad de movilizarse en motos de color rojo y negro con el propósito de atacar a mujeres que ingresan o salen de sus viviendas.
Justamente la seguridad para el barrio se volvió un tema corriente en las conversaciones de los vecinos. Si bien la mayoría de las casas cuentan con sistemas de alarmas privadas, cámaras de vigilancia y rondín, los delincuentes actúan con total libertad. “Todos los robos e intentos de robos fueron denunciados ante la policía, pero no nos sirve el accionar de los agentes una vez consumado el acto”, asegura Liliana. La vecina comentó que en febrero de este año fue una víctima más, cuando un delincuente la tiró al piso para robarle la cartera. A su vez agregó que, por lo general, son arrebatos de pertenencias que llevan las mujeres y niñas, tales como carteras, mochilas y bolsos.
“Nosotros no hablamos de una zona liberada, decimos que no hay control. Con la presencia policial cualquiera de estos hechos ocurridos, pueden ser evitados. Acá en el barrio hay muchas familias. La mayoría de nosotros tenemos hijos pequeños y con qué tranquilidad uno lo deja salir a la calle cuando no sabes qué le espera afuera”, concluyó Gauna.