En el lote. El Ing. Méndez enfatiza los ejes de la nueva revolución del campo. Foto:Gentileza
Andrés Méndez, coordinador del Proyecto de Agricultura de Precisión en INTAManfredi, tiene a su cargo la sexta capacitación técnica del ciclo 2015 del programa Agricultura Consciente de Nidera.
El especialista de la Estación Experimental cordobesa asegura que se está frente a “una revolución del agro”. “Hemos pasado de manejar lotes de 50 hectáreas de promedio, al monitor de rendimiento que ofrece puntos de información del ancho de la plataforma de la cosechadora, a conocer ahora lo que ocurre en áreas de sólo 50 centímetros por 50 centímetros. Esto ya requiere robots que puedan trabajar aprovechando ese nivel de detalle”.
Méndez explica que la tecnología de precisión aplicada a la calidad de los granos cosechados “puede marcar la diferencia del resultado económico de los cultivos que obtiene el productor y llevar a que cambie totalmente la rentabilidad de su campo”. El especialista insiste en argumentar que, en el caso del trigo, esta campaña se pudo duplicar el precio pizarra por la entrega de partidas de calidad.
Aplicaciones variables
Al entrar de lleno en el tema, el técnico se refiere a las diversas prestaciones que ofrece el monitoreo de los lotes y cultivos. “Uno de los grandes avances en el nivel de utilización de estas tecnologías durante los últimos años es la aplicación selectiva de herbicidas a través de sensores que detectan las malezas y permiten realizar una aplicación localizada de los productos”, dice Méndez en www.agriculturaconsciente.com y señala que, gracias a esta tecnología, muchos productores argentinos ya han logrado reducir el uso de herbicidas en un 80%.
Otra de las prestaciones que viene creciendo entre los productores del país es la aplicación variable de fertilizantes con la pulverizadora, ya que con máquinas de alto porte se pueden realizar estos tratamientos en etapas avanzadas de los cultivos, logrando mejoras en la calidad y en lo rindes. Méndez explica que para estas aplicaciones de fertilizantes se utilizan sensores que “leen” la biomasa disponible y el índice verde del cultivo y en función de esa información ajustan las dosis de nutrientes que aplican en cada zona del lote.
Tecnologías para la siembra
“En el país hemos tenido un avance muy grande en materia de sembradoras indica Méndez-, ya que prácticamente todos los equipos de siembra directa cuentan con la tecnología para realizar la aplicación variable de semillas y fertilizantes”. El técnico indica que esto se cumple tanto en las sembradoras con cajas mecánicas como en aquellas con motores hidráulicos, y también en las que tienen motores eléctricos individuales para cada surco.
Méndez destaca la importancia de “la ubicación de la semilla”. Indica que en el INTA cuentan con ensayos de maíz que marcan diferencias de rendimientos de hasta 2.500 kilos en función de la profundidad de siembra, la estabilidad de esa profundidad y la utilización de densidades variables según el ambiente. Entre esos factores también juega de manera importante la velocidad de siembra, “ya que cuando salimos de los 6 a 7 kilómetros que son considerados ideales y nos vamos al orden de los 10 kilómetros empezamos a encontrar una caída fuerte de los rendimientos, principalmente en maíz”, sostiene.
Respecto de la profundidad de siembra, Méndez destaca el sistema neumohidráulico desarrollado en la Argentina “que realiza un mejor copiado del suelo que otros sistemas de aire desarrollados en Estados Unidos y que los hidráulicos que aparecieron después”.
Las nuevas tecnologías apuntan a la practicidad y a trabajar con menores costos. Las conexiones con cables entre los monitores que se ubican en las cabinas de los tractores y los equipos agrícolas ya son cosa del pasado. “Ahora podemos bajar una aplicación a una tablet o un teléfono celular y vía wifi conectarlo con los sistemas de la sembradora”, indica Méndez en uno de los videos online de www.agriculturaconsciente.com. Este avance de la robotización está acompañado por una fuerte caída de los precios de estas tecnologías. “Hace 16 años las sembradoras necesitaban 4 o 5 monitores y un GPS con señal correctora que rondaba los 7.500 dólares”, explica Méndez. “Lo que antes costaba alrededor de 40.000 dólares hoy se reduce a sólo 100 dólares que pagamos por una aplicación”, amplía.
Cosecha: la fábrica de datos
“La cosechadora se transformó en una herramienta fundamental para la recolección de datos, ya que con los respectivos sensores va registrando los rendimientos reales y la calidad de los granos recolectados en cada zona del lote, de manera que podemos evaluar la respuesta al manejo que recibió el cultivo”, dice Méndez.
Al explicar los principios de funcionamiento de los monitores, el técnico indicó que en el caso de la medición de rendimientos los valores surgen de los impactos de los granos sobre una placa que se encuentra en el tubo de descarga de la cosechadora. Mientras que los valores de calidad son obtenidos por rayos infrarrojos que permiten determinar los contenidos de proteína y aceite de los granos. En ambos casos, esos datos se almacenan en el dispositivo o van a una nube de datos de donde se pueden bajar por internet y tener una lectura en tiempo real.
Otro aspecto que destacó el especialista es que con las actuales herramientas que ofrece la agricultura de precisión es posible realizar el control, y la inmediata corrección, de las pérdidas de cosecha. De esta forma, la información de pérdidas es transmitida a la cosechadora realizando un autoajuste que corrige las distintas regulaciones de la máquina.
“Hoy las cosechadoras ya vienen equipadas de fábrica con las herramientas de la agricultura de precisión explica Méndez-, por lo tanto los productores pueden contar con datos más exactos de sus lotes.En Estados Unidos, por ejemplo, esa información se está utilizando para contratar un seguro agrícola”.
Drones
La precisión de la nueva agricultura permite obtener puntos de información de superficies muy reducidas, como puede ser 50 por 50 centímetros. Por lo tanto, es posible tener amplio conocimiento de la microvariabilidad de un cultivo. “Creemos que esto es lo que va a permitir al productor sacar grandes ventajas ya que el manejo diferencial de pequeñas áreas le permite reducir insumos, incrementar rindes, mejorar la calidad de sus granos y consecuentemente obtener un mejor precio”.
“Para relevar esa información hoy contamos con drones con distintos tipos de plataformas y equipamientos indica Méndez-, como es el caso de los aviones y los multirotores. Pero también se están usando drones helicópteros que permiten hacer la aplicación de herbicidas selectivos en forma precisa sobre la planta de la maleza que se quiere controlar”. El técnico del INTA explica que en los drones se montan distintos tipos de cámaras, como las comunes modificadas, las multiespectrales, las térmicas y las filmadoras, según el tipo de información que se quiere relevar. “Pero básicamente, con una cámara multiespectral podemos llegar a estimar rendimiento y calidad de los cultivos con un error menor al 5%”, apunta.Una vez que se lee el índice verde se identifica el tipo de fertilización a aplicar.
Finalmente, adelantó que la comercialización diferenciada por calidad ya es una realidad. “Y si queremos agregar valor tenemos que tener bien definida esa calidad a través de la trazabilidad”.
El nuevo paradigma de la agricultura
Trabajar un campo con datos promedio ya es cosa del pasado, el futuro es el manejo de micro-ambientes con la adopción de herramientas que permiten un tratamiento preciso para lograr productos y procesos con mayor eficiencia, sustentabilidad y trazabilidad. Sin dudas que la Agricultura de Precisión es la hacedora de este nuevo paradigma de la producción agropecuaria, con una constante evolución hacia tecnologías cada vez más avanzadas. Entre ellas se destaca la reciente incorporación de drones para la producción agrícola, una de esas innovaciones que vino para quedarse y contribuir con importantes beneficios en el manejo por ambientes.
Para el Ing. Agr. Andrés Méndez, la aparición de la tecnología de los RPAS -como se denomina técnicamente a los drones-, “responde al proceso de robotización y automatismo que está en pleno desarrollo en la producción agrícola de nuestro país”. “Esta tecnología tiene un sinnúmero de utilidades y beneficios para el agro que todavía no se llegaron a explorar en su plenitud, hasta el momento se han realizado pruebas a campo con excelentes resultados a nivel de investigación y de seguimiento de actividades agrícolas”, expresó el técnico.
El equipo de especialistas en Agricultura de Precisión del INTA diferencia varias líneas de aplicación de esta tecnología, la primera es la investigación, ya que permite conocer situaciones variables en ambientes cada vez menores, como la detección de manchas de malezas o como la micro-variabilidad de un suelo, con la ventaja de realizar un manejo variable de insumos cada vez más preciso. Para ese tipo de relevamientos se equipa a las plataformas voladoras con cámaras multiespectrales y luego se realiza el análisis agronómico en base a la información que arrojan los softwares específicos. Además permiten programar vuelos y trabajan de manera autónoma en la captura de imágenes.
¿Drones periurbanos?
Otra de las aplicaciones de los aviones no tripulados es el control de actividades agrícolas por parte del productor. El Ing. Andrés Méndez explicó: “Mediante el uso de cámaras y un software específico que actúa contando los granos que salen por la cola de la cosechadora, se logran cuantificar las pérdidas reales de la cosecha.” Y agregó: “Hasta se puede instalar un dispositivo que emita una señal a la cosechadora para regular la máquina en tiempo real y que no genere pérdidas de cosecha”. En cuanto al seguimiento de cultivos, el especialista detalló: “Un RPAS equipado con una cámara térmica puede determinar si el cultivo tiene enfermedades antes de que el ojo humano lo pueda ver; y con cámaras multiespectrales hasta se puede analizar el volumen y el peso de los granos anticipando el rendimiento y la calidad de los mismos”.
Y por último, según los especialistas, esta tecnología se puede utilizar para la certificación de procesos. Al respecto, Méndez dijo: “Con un drone equipado con cámara de video y un gps se puede seguir una pulverizadora filmando un video georreferenciado de la aplicación y con ese material se podría hacer la certificación de la labor”. Y concluyó: “Además, si la filmación del drone permite asegurar que la aplicación no tiene deriva, hasta se podrían reducir los límites de uso de agroquímicos que en algunos lugares llegan hasta los mil metros de las zonas urbanas”.