El rincón de la LIJ (*)

Entrar en el bosque

Por María Luisa Miretti

A propósito de Los mimpins, de Roald Dahl, con ilustraciones de Claudia Ranucci, editado por Alfaguara infantil en 2015.

Como todas las historias de Roald Dahl (Inglaterra), la reedición de esta versión tan bien ilustrada en blanco y negro es desopilante.

Una madre que presiona a su hijo para que no vaya al bosque, la voz (del mal) que acecha incitándolo a llevarle la contra y la decisión del niño de abrir la puerta e ingresar en esa dimensión, deparan un abanico de sorpresas extravagantes pero maravillosas, que permiten tener en ascuas al lector, mientras activa su imaginación.

Esa madre le inventaba un mundo truculento, plagado de alimañas y animales feroces, motivo por el cual “no debía ingresar al bosque”, so pena de morir en el intento (interesante metáfora de vida para analizar y reflexionar). A cada momento le repetía:

“¡Cuidado, cuidado!

¡Es el Bosque del Pecado!

Nadie salió nunca vivo,

aunque muchos han entrado!”.

La desobediencia -sin dudas- le trajo aparejado una serie de encuentros desagradables (¿reales o ficticios?) hasta que conoció a los mimpins, seres diminuto, quienes le presentaron un mundo nuevo, en el que también había normas a cumplir.

Estos mágicos personajes vivían en la copa de los árboles por temor a las fieras y desde ese sitio dominaban el bosque. Los pájaros traían comida u oficiaban de medio de transporte, hasta que el niño quiso regresar para no preocupar a su madre, para lo cual pergeñaron una magnífica estrategia con el fin de burlar a la fiera hedionda que lo perseguía.

Montado en un cisne provocan al monstruo hasta hacerlo hundir en el lago más próximo. Resuelto el conflicto, se inicia otra etapa en la vida del pequeño Billy, acompañada de esos maravillosos seres imaginarios que pueblan el bosque, pero como él crece y el cisne ya no lo puede transportar, son los mimpins quienes lo visitan en su hogar.

Tierno, desbordante de imaginación y fantasía, este libro está sugerido desde los 8 años, pero se disfruta en todas las edades.

(*) Literatura infanto-juvenil.