Llegan Cartas

Reclamos desatendidos 

DELIA L. DE BERTONA

DNI. 4.942.923

Concurro asiduamente al panteón Nuestra Señora de Guadalupe a depositar flores donde descansan los restos de mis seres queridos. En muchas oportunidades volví a las pocas horas o al día siguiente y las flores ya no estaban. También desapareció la imagen de una Virgen, de mucho valor. En vano reclamé a los empleados del panteón, que son los encargados de cuidar. También lo planteé a la administración del mismo, sin obtener respuestas. Aclaro que tengo al día el pago de la expensas.

¿Qué tengo que hacer? ¿A quién debo dirigirme? ¿Ni siquiera los muertos pueden descansar en paz? ¿A ellos también les roban? ¡Qué vergüenza! Por favor, ¡no jueguen con el sentimiento de las personas!

Allá en Palestina

OMAR C. FERREIRA

DNI. 12.358.468

Hoy he visto a la Luna, allá en Palestina, vestía rojo sangre, salpicada de esquirlas. Hoy he visto al Sol, allá en Palestina; postrado en el poniente, no quiere alumbrar, no tiene ganas, no se anima. Hoy he visto a los huérfanos, allá en Palestina; la vida a escondidas, dibuja sus sonrisas. Hoy he visto a los viejos, allá en Palestina; sus arrugas surcadas por lágrimas furtivas. Hoy he visto a los pájaros, allá en Palestina; mutilaron sus alas, acallaron sus trinos. Se dejaron morir, de libertad vestidos. Hoy he visto a la muerte, allá en Palestina; sonriente entre las ruinas.

Hoy he visto a la paloma de la paz, allá en Palestina; buscaba su olivo, los hombres lo escondieron; solamente es un símbolo....

Ha de llegar el día, en el regreso que todos anhelamos, regresará su dueña, encontrará su olivo, habitará el nido y ya no será símbolo. Justificar la guerra, es un genocidio mental.