TEXTOS. NANCY BALZA. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE
HASTA EN LA SOPA. “Desde la infancia era una apasionada de los cuentos. Tenía 3 ó 4 años y no tomaba la sopa si mi mamá no me leía uno y, como tenía una memoria especial, sabía si faltaba algún fragmento. Vivía en Rafaela y, cruzando Boulevard Santa Fe, había una peluquería donde vendían revistas. Y mi abuelo, mientras se enfriaba la sopa, iba a comprar un cuentito. Empecé a escribir a los 14, por supuesto poemas. Mi primer cuento fue sobre un caballo”.
LA INSPIRACIÓN. “Siempre me inspiró lo cotidiano. Soy muy reconcentrada en los pequeños detalles, y a partir de eso hago una historia. Personalizo los objetos y los animales. Escribo para chicos porque, por dentro, nunca superé esa parte de imaginar que cada cosa tiene una vida aparte y un alma, que piensa, existe y decide. Me siento más cómoda con la literatura para chicos y apunto naturalmente al humor y al absurdo”.
DESDE ADENTRO. “Nunca pensé en irme de Santa Fe. Soy una convencida de que hay que hacer las cosas desde adentro. Me parece que hay que trabajar desde el lugar de cada uno. Todo lo que tenemos para reprocharle a esta ciudad lo tenemos para cambiarla. Hay gente que no tiene ese arraigo, pero está todo tan globalizado que vayas donde vayas el ser humano arrastra sus mismas miserias, sus mismos problemas y te vas a encontrar en todos los idiomas con los mismos conflictos de tu terruño”.
PURO TALENTO. “En Santa Fe el campo de acción cultural es amplio. Tiene mucho que ver con la gestión del Estado y además con la presión de la gente, desde que empezaron a surgir más grupos de teatro, música, danza, artes plásticas. Hay mucho talento, muchos chicos jóvenes. La Orquesta de Niños y el Crei son semilleros importantes y siempre tuvieron directores que pusieron el alma. El canto también, a partir de Virginia Tola es impresionante cómo siguieron ese camino tantas chicas”.
EL RECONOCIMIENTO. “Es más difícil que se reconozca a la literatura desde el punto de vista económico: en un concurso para pintura y literatura, el premio para el primero era de 10 mil pesos y para el segundo, 3 mil. En la mayoría de los concursos otorgan un diploma o la publicación de la obra pero no hay un incentivo económico y si lo hay, es poco. La dramaturgia tiene más reconocimiento. En el exterior no ocurre lo mismo: está el Fondo de Cultura Económica (México) y algunas editoriales españolas que otorgan premios importantes. La mayoría de las veces se escribe como un hobby porque profesionalizar esta actividad es muy complicado”.
TECNOLOGÍA. “Es un soporte que no se puede negar ni postergar, desde los blog, que existen y permiten conocer escritores de otros lugares hasta el facebook que, en mi caso, uso para difundir literatura. Igual, siempre pongo el libro en primer plano y me parece que hay una vuelta hacia la lectura: todos los años voy a la Feria del Libro y veo que cada vez concurre más gente”.
CHICOS Y LIBROS. “Los chicos no leen si no se les da acceso a la literatura. Si les das un libro, se interesan y adquieren el gusto desde bebés. Cuando les mostrás un libro, o contás un cuento o los incentivás para que se interesen por una historia se produce una respuesta inmediata. Creo que hay que entrar desde lo lúdico en la literatura. No se si será porque desde tiempos inmemoriales había un sector que creía que la lectura no era para todo el mundo, pero quedó esa idea de que el libro, la lectura y la biblioteca eran para cierto nivel de gente. Pero desde que aprendés a leer tenés oportunidad de acceder a cualquier cosa”.
BUENAS INFLUENCIAS. “Mi disparador inicial fue María Elena Walsh y entré a la literatura infantil a través de los Mamelli., si bien entre los 14 y los 18 años escribía poesía y textos que no tenían que ver con este género. Cuando hicieron un casting en el Coro Universitario, quedé seleccionada para hacer ‘Canciones para Mirar’: quedé seducida por el texto del espectáculo. Cuando terminó esta etapa de los Mamelli, surgió la idea de Los Tutisonanti y con ese grupo trabajamos más de diez años: escribí los guiones de los espectáculos y me quedé definitivamente en la literatura para chicos. Partiendo de María Elena Walsh pasé por Elsa Bornemann, Graciela Montes, Laura Devetach, Gustavo Roldán, Ricardo Mariño y Luis Pescetti”.
¡MIRÁ! “En ese espacio (que se edita cada 15 días con El Litoral) publico una traducción de la Constitución para acercarla a los chicos. Dos personajes, Consti y Fede (por Constitución y Federal) que son hermanos mellizos plantean temas a partir de situaciones cotidianas. Además escribo otra página literaria planteada desde el lado lúdico: leer para pasar un buen momento”.
HISTORIA DE BARRIO
Marta Coutaz nació en Rafaela y allí vivió hasta los 5 años. Ya en Santa Fe, “viví un tiempito en Regis Martínez casi Facundo Zuviría, en calle de tierra donde, a pesar de que estábamos a 20 metros de la avenida, había zanja. A la vuelta estaba el club Castellanos y en verano proyectaban cine al aire libre. Iba toda la comunidad y un año dieron la serie ‘El muñeco maldito’ de Narciso Ibañez Menta. Mi mamá no dejaba que la vea; entonces, con mi hermano abríamos la ventana de la cocina y nos sentábamos sobre la mesada para alcanzar a ver la pantalla”.
FORMACIÓN
Del 1º grado en la Escalante pasó al 1º superior en la Moreno, cuando se mudó a Candioti Sur. Luego siguió la Escuela de Comercio y más tarde la Universidad Nacional del Litoral donde cursó Ingeniería en Recursos Hídricos.
PREMIOS
Los primeros premios fueron en la provincia con los concursos de cuentos que organizaba el Departamento de Literatura Infantil. Luego siguió el guión de teatro escrito con Beatríz Actis, el libro editado a partir de un concurso de Avon (premio que le entregó Isidoro Blaisten) y la publicación por la fundación El Libro de un volúmen ilustrado por Nora Hilb. En 2011 “Ni fu ni fa y otros cuentos”, de Ediciones del Naranjo, ganó la Mención de Honor en el Concurso Internacional para Libros de Cuentos Juan José Manauta de la Casa de la Cultura de Entre Ríos: “más allá de esta distinción, lo más gratificante fue que los libros se repartieron en escuelas de las islas”.
ALGUNAS PUBLICACIONES
Para chicos: Antología Santafesina para Niños y Adolescentes (Ediciones Culturales Santafesinas), Antología Literaria Santafesina, para niños de 6 a 11 años (Ediciones Homo Sapiens), Caléndula la barredora (Colección Diente de León - Ediciones UNL), ¡Hola Señora Constitución! (Ediciones UNL), y Ni Fu ni Fa y otros cuentos (Ediciones del Naranjo).
- Para adultos: Cuentos sin permiso (Seleccionado por Angélica Gorodischer - Editorial Vinciguerra) y La curiosa historia de Daisy y Mr. Turner, y otros cuentos singulares (Editorial La Gota).