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ALTO VERDE LAMENTA SU PARTIDA

Trasladaron al padre Albisu a Buenos Aires

  • El sacerdote dejó el barrio donde desarrolló una vasta obra y denunció la violencia de sus calles. Anunció su partida en la Misa de Gallo que celebró hace una semana y si bien siempre negó amenazas, los vecinos las dan por ciertas y las relacionan con su traslado.
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El padre Javier fue trasladado el jueves a la residencia jesuita Regina Martyrum, ubicado en el barrio porteño de Congreso. Según los vecinos, “lo tuvieron que trasladar para que no le pase nada”. Foto: Archivo El Litoral

 

Florencia Arri

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En la parroquia Jesús Resucitado de Alto Verde, la Misa de Gallo que se celebró el martes 24 no terminó con la alegría habitual: una noticia cubrió la celebración con un amargo sabor de despedida. En el mismo altar donde ofició misas por 4 años, el padre Javier Albisu dijo que era la última, ya que habían decidido trasladarlo a Buenos Aires. Según los vecinos, “lo único que dijo es que lamentaba lo que estaba sucediendo y que si se había equivocado nos pedía perdón. Que no estaba contento, pero que habían dispuesto que se retirara”.

“Son cosas de la Iglesia, pero sabíamos que en algún momento iba a pasar”, agregaron algunos. Ese momento se hizo evidente días antes, cuando las amenazas que Albisu desmentía se hicieron patentes frente a los vecinos. Un atardecer de este mes, en la parroquia un catequista alertó sobre “dos hombres armados que estaban en la puerta, buscándolo”. El padre Javier debió salir por otra puerta e ingresar a un auto que lo trajo de improviso e incógnito al Colegio Inmaculada. No fue la primera vez: otras, los sacerdotes jesuitas pidieron custodia policial para las misas que celebraba en la parroquia.

Todo parece indicar que esto llegó a oídos del superior provincial de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay, padre Alejandro Tilve, quien hace diez días dispuso el traslado de Albisu a Buenos Aires.

Las razones

Las mañanas del padre Javier cambiaron los mates con olor a río por el bullicio del microcentro porteño. Hoy vive en la residencia jesuita Regina Martyrum, ubicada en el barrio de Congreso, donde el Papa Francisco pasó un tiempo cuando todavía era el padre Bergoglio.

En la residencia indicaron que “la Compañía de Jesús no alienta a hacer prensa de este tema”. De todos modos, el superior informó que Albisu todavía no tiene tareas asignadas por la delicada salud de su mamá, internada en un hospital de la gran ciudad donde la visita a diario. Por lo delicado de su estado de salud, que requiere de cuidados intensivos, en estos días el padre Javier no responde llamados.

Los vecinos lamentan su partida y reconocen que “desde que empezó a participar de marchas por seguridad en el barrio, supusimos que en algún momento se iba a tener que ir. Él nunca negó la violencia que vivimos en Alto Verde, siempre estuvo con nosotros. Algo tenían que hacer para pararlo, lo tuvieron que trasladar para que no le pase nada”.

Por el contrario, Alicia Helu, quien preside la Fundación San Roque González que lleva adelante el proyecto Uno por Uno, Uno más Uno ideado por Albisu, asegura que “el padre Javier nunca habló de amenazas ni nada por el estilo; no le daba importancia”. Agregó que, por el contrario, “desde el comienzo, siempre dijo que pensemos y trabajemos como si él no estuviera porque, como todo sacerdote, sabía que en algún momento iban a trasladarlo”.

Redoblar esfuerzos

El padre Javier dejó en Alto Verde un equipo en plena actividad: antes de las fiestas, la fundación recibió una donación europea para construir un salón de usos múltiples en la parroquia Jesús Resucitado. Allí, Uno por Uno, Uno más Uno proyecta desarrollar una escuela de oficios para el barrio. “La misión que nos dejó Javier y que nosotros tomamos con todo gusto es redoblar esfuerzos -agregó Alicia Helu-. Somos muy ambiciosos con esta escuela, buscamos cambiar la realidad de Alto Verde”.

El sacerdote jesuita que continuará la labor de Albisu es Julio Villavicencio, hasta hoy coordinador del grupo de jóvenes de la fundación que ya estaba involucrado en el trabajo. Este religioso coincide con Helu en que el nuevo destino de Albisu fue una decisión eclesial que no está relacionada con la realidad de Alto Verde.

Los vecinos poco entienden de razones. Más allá de las explicaciones oficiales, ellos relacionan lo sucedido con “lo que vivimos, lo que pasa en Alto Verde y todo lo que hace el padre Javier por nosotros”. A la distancia, publicaron en Facebook el video “Javier Albisu: Su paso por la comunidad de Santa Fe” que recopila fotos de este sacerdote que denunció y luchó contra la violencia de Alto Verde, empuñando una pala para construir casas y echar cimientos. Un recuerdo con olor a torta frita y sabor a mate amargo.

Perfil

Javier Albisu es el menor de 15 hermanos. Nació en Avellaneda, Buenos Aires, y cursó sus estudios secundarios con los padres jesuitas, en el Colegio del Salvador de la Compañía de Jesús. Ingresó al seminario a los 17 años y se ordenó como sacerdote tras 14 años de formación.

Llegó a Santa Fe en 2009. Si bien residió hasta el jueves pasado en el Colegio Inmaculada de la Compañía de Jesús, en los cuatro años que vivió en nuestra ciudad pasó todos los días en Alto Verde y se volvió un referente del barrio.

Desde 2011, desarrolló el proyecto Uno por Uno, Uno más Uno, que busca dar soluciones habitacionales a las familias de esa barriada. Por esta obra solidaria fue distinguido como el Santafesino del Año 2011 por un jurado integrado por personas destacadas de esta ciudad y por directivos de El Litoral. El proyecto también recibió el Primer Premio Nacional a la Excelencia 2012 por su loable tarea solidaria.

La mayor labor de Albisu en Santa Fe fue tal vez la menos palpable: los vecinos de Alto Verde destacan la contención de este sacerdote que no fue amedrentado por la constante violencia del barrio. En días en que los vecinos organizaron guardias nocturnas para alertar de los frecuentes tiroteos -a la fecha, constantes-, Albisu denunció la violencia de esta barriada en medios de prensa y promovió que los vecinos realizaran marchas por la paz de Alto Verde.

En la misa del último sábado de agosto, el padre Albisu habló en su homilía de “rumores de amenazas para que no le ponga ideas a la gente”. La voz corrió por todo Alto Verde: en la misa de los niños de la misma parroquia, se pidió entre otras intenciones “que el señor lo proteja al padre Javier”.

Si bien el sacerdote insistió en que no recibió amenazas directas, sí reconoció comentarios que llegaban a sus oídos como rumores. Desde allí, expresó que no hubo ninguna amenaza directa y destacó “que cualquier vecino está más expuesto que yo, porque yo no vivo en el barrio; y sin que amenacen a nadie de Alto Verde, están todos amenazados porque una persona que sale con un arma a la calle ya es una amenaza”.

Consultado al respecto, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, reconoció por esos días que “eso pasa muchas veces, cuando alguien sale a hablar de estas cosas” y destacó que Albisu “tiene todo el apoyo del obispo, de la Compañía de Jesús y de la gente. Hay que seguir predicando, creer es predicar y vivir -agregó Arancedo-. Es muy importante no callar y testimoniar con una vida coherente”.

" “Dios lo trajo a Alto Verde... nos ha enseñado mucho... hemos aprendido a conocer a un Jesús como nosotros, y que Dios Padre y Jesús se aman tanto y nos dan ese amor infinito y eterno. Pero, sobre todo, que siempre está dispuesto a perdonarnos. Claudia Svetcoff

" “Gracias padre Javier por tu nobleza y caridad; es un verdadero hombre de Dios!!!”

Laura Zapata

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