Medidas costosas e ineficaces
Se aceleró la pérdida de reservas
La fáctica del nuevo gabinete ha sido bajar el dólar blue y acelerar la devaluación del peso a un ritmo que -anualizado- rondaría por estas horas el 40 %. El paralelo había bajado $ 9,32 mientras que el oficial creció hasta $ 6,20, en la imperante city porteña.
Sin embargo la venta de dólares por parte del Banco Central para “administrar” el tipo de cambio es un costo alto. La autoridad monetaria aceleró la devaluación (menos poder adquisitivo en el bolsillo de los argentinos) pero al mismo tiempo acrecentó la pérdida de reservas.
Además, la Anses vendió $ 1.500 millones en tenencias de bonos dolarizados para competir con los inversores que buscan el “contado con liqui”, el dólar físico que se puede obtener con operaciones en la bolsa (se compran títulos en Buenos Aires que se venden en Nueva York). Pero todos intentos para atenuar el alza del dólar paralelo fueron igualmente costosos y efímeros.
Tras la imposición al 35 % sobre el dólar tarjeta, se incrementó la presión compradora sobre el blue, que volvía a ser atractivo. Ante la mayor demanda, el paralelo volvió a subir ayer 30 centavos en Capital Federal, para ubicarse en $ 9,62.
La ilusión de achicar la brecha se esfuma. Las cotizaciones cambian y todo vuelve a empezar, pero con menos respaldo. La autoridad monetaria perdió ayer otros U$S 135 millones y en sus arcas quedan U$S 30649 según el cálculo preliminar. “Hay un drenaje de divisas que se da a través de operaciones de turismo”, admitió Jorge Capitanich el martes. No hacía falta un nuevo jefe de Gabinete para reconocer lo que ya decían los informes del Banco Central cuando estaba Mercedes Marcó del Pont. Lo que omitió el chaqueño es que el drenaje se aceleró desde el recambio de gabinete.
Turismo. Las peores proyecciones ubican el rojo en U$S 9,5 mil millones. Los turistas que entran al país no liquidan en el mercado oficial, por lo que agravan el déficit.
Energía. El año cerraría con un desbalance de U$S 7 mil millones. De Vido montó usinas térmicas que aumentan la oferta eléctrica; pero no hay combustible suficiente para ellas y para el creciente parque automotor.
Automotrices. Las cenicientas del “modelo” arman en el país con 70 % de autopartes importadas. El déficit sectorial sumaría U$S 8,5 mil millones este año.
Electrónica. El balance anual del sector cerraría con unos U$S mil millones. Este rubro sumado a los otros tres explica un drenaje de U$S 30 mil millones/año, que el gobierno no logra corregir.