El Litoral Santa Fe - ellitoral.com   Imprimir esta página
Link completo de la nota: www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/12/05/arteyletras/ARTE-03.html

La invención de una lengua

4_CAR.jpg

Roberto Raschella. Foto: Enrique Butti

 

Por Augusto Munaro

“Diálogos en los patios rojos”, de Roberto Raschella. Eudeba. Buenos Aires, 2013.

La reedición de este mítico libro pone en relieve, antes que nada, un hecho de importancia. La narración que ofrece no es directa. Es una propuesta que descarta de cuajo los lugares comunes. El tejido de su trama opera a través de una relación especular sobre varios vectores: familia, historia y pasado. Expresa la crisis de una voz en aras de definir su identidad. O mejor dicho aún, las voces del recuerdo. Porque en los patios rojos donde se teje el relato, donde se modula esa polifonía, sobresale esa tensión del idiolecto de la memoria.

La novela se presenta en tres partes, “Murmullos”, “Tres días de un invierno” y “La sagrada familia”, como un coro de voces superpuestas. Porque Raschella pone en acción un híbrido lingüístico (que no es cocoliche). Una interferencia del italiano sobre el español y viceversa. Y esta transfiguración de fuerte base autobiográfica gana terreno no tanto en la sintaxis, sino en la morfología de las palabras. Leemos en un pasaje: “lenguas hay muchas y están cerca de la mente y los oídos”. Su verdadera patria es el lenguaje matizado.

Así, Diálogos en los patios rojos, metafóricamente hablando, es una historia arquelógica. La narración de un rescate. La recuperación de una voz, aquella que se aprende en el lugar de origen. La identidad heredada desde un nuevo ámbito. En una búsqueda morosa, su autor pudo encontrarse entre un torrente de conversaciones, voces e inflexiones que se entremezclan en ese sedimento que es la memoria; y la herramienta para esa emotiva travesía ha sido el lenguaje que ilumina.

A menudo Raschella asegura que suele documentarse sobre el contexto histórico antes de escribir, consultando libros, revistas, películas de época. Seguramente es cierto; pero no hay marcas de esas lecturas en su novela. Raschella opta por borrar el dato histórico o el lugar geográfico preciso del ayer. De hecho, la suya no es una reconstrucción ideológica del pasado, sino es el pasado mismo que se hace presente a través de un lenguaje poroso a la exactitud reflexiva, descriptiva y sobre todo lírica. Su literatura encuadra en un sistema narrativo abierto a los desvíos y nuevas formulaciones de la renovación del realismo. Pues, como se supone, este experimental viaje en el espacio y el tiempo hacia “la nostalgia de lo que no se vivió y se quiere vivir”- cuestiona problemas de gran calado existencial a través de una estructura oracional única.

¿Novela experimental?, ¿existencial?, ¿histórica?, ¿poética? Diálogos en los patios rojos se resiste a las clasificaciones. Como Saer y Aira, Roberto Raschella ha sido un constante y valiente forjador de la “nueva novela”.



Diario El Litoral - Copyright 2025