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Poetas de Santa Fe

La plaqueta LuzAzul festeja sus quince años, publicando y difundiendo esa poesía en la que como decía Horacio Rossi, “somos toda la voz del mundo en silencio”. A su vez, la colección Cuadernos y Palabras, de LuzAzul, ha presentado recientemente poemas de seis autores (Ana María Paris, Fernando Gabriel Vaschetto, Hilda Bisinella, Zulma Molaro, Teresa Beatriz Guzzonato y Mónica Laurencena Berraz). Aquí presentamos un anticipo de cada una de esas publicaciones.

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Ser y Razón

Fernando Gabriel Vaschetto

Buscando entre las cosas de este mundo,

buscándome en el mundo sin hallarme

y sin hallar morada en que quedarme

perdí mi senda en bosque muy profundo.

Y fue que allí la gracia de tu vida

tendió su mano a mi mano dudosa

prendió una luz en la breña brumosa

tornándome a la ruta antes perdida.

Y encontré morada en los recodos

que descubrió el amor entre tus modos

de renacer con cada madrugada,

y mi propia razón incomprendida

hallé, y hallé mi ser en tu mirada

y hallé mi vida oculta en nuestra vida.

(De “La vida”)

Puntada tras puntada...

Hilda Bisinella

Puntada tras puntada

iba dibujando sobre la tela

algún sueño que andaba

a la deriva.

Puntada tras puntada

la mano y la aguja

trabajaban diligentes:

la Señora quería ya

el mantel bordado.

Era uno de sus caprichos

que esclavizaba,

y la muchacha obedecía.

Porque no podía perder

el rincón para dormir

ni los sobrantes de comida.

Y Luz, “la muchacha”, agachaba

la cabeza.

Sin embargo y sin moverse,

remontaba vuelo

y como un barrilete fugitivo

era libre por fin. Y tenía el mundo

a sus pies...

(De “Veinticinco poemas y un hijo”)

Serie de “Recuerdos de madres”

Mónica Laurencena Berraz

In memorian de la abuela Chiche: Curadora de empachos, mal de ojo, devota creyente, furiosa Colonista, Gran cocinera.

Los domingos eran fiesta. La abuela en mítica sucesión,

amasaba pastas caseras y con rica salsa se compartía

la mesa rodeada de amor y bendición.

Los domingos eran de sabaleros la canción.

Ella escuchaba el partido, casi como en misa,

y gritaba los goles con pasión.

Algunos festejaban, otros adormecían siestas.

Los pequeños jugaban en los patios.

La abuela de mis niños, fue madre y amiga.

Escuchaba con atención.

Acunó infancias con paciencia eterna,

mujer de humilde sumisión.

Refugiada en su fe, San Roque y Vírgenes...

Era sabia como el devenir de las estaciones,

más allá conocía a las gentes.

Siempre con mate en mano, dulce por las tardes,

cuidando a los niños con cariño,

ropa tendida y leches preparadas.

Ella se fue dejando estelas de dulzura y caramelos de ternura.

Derrochando amor por toda su esplendorosa vida.

(De “Del Ubajay en vuelos”)

Pasó mi madre

Teresa Beatriz Guzzonato

Pasó mi madre,

no la vi,

no la olí.

Sé que era mi madre con su gesto de fresia,

de paico, de begonia...

Pasó y tocó.

Su mano susurró en mi hombro

y se disgregó mi corazón

transparente y frutal como una granada.

Sentí el pulso renaciente en mis manos,

en mi vientre,

en la sangre vertiginosa de mis arterias.

Pasó y tocó,

reinscribió el significado de la palabra “buendía”,

esparció un halo bendito en la luz de la casa,

exhumó los aromas familiares.

Aguardé, extasiada, otro signo.

Pero pasó...

y dejó puntillas de su mirar

para que acicale el dobladillo de mi camino.

(De “Bajo el naranjo”)

Nuestros brazos cerraban dos círculos...

Zulma Molaro

Nuestros brazos cerraban dos círculos...

y cada uno contenía al otro,

los giros alocados

no soltaban nuestras manos

y cuando sucedía

sólo uno claudicaba.

Siempre había uno protegido.

Ahora sin más la protección terminó

y giro en el espacio

como un cosmonauta que perdió su nave.

(De “Armonía”)

Acontecimiento

Ana María Paris

La tormenta ha dejado

un delgado espejo de agua

sobre la mesa circular.

Como al descuido

la punta de una rama divide

la humedad

de la piedra.

Dos pájaros idénticos,

oscuros

sin interrumpir el canto,

refugian sus cuerpos

bajo la misma mesa.

En el último rayo de la tarde

cuando el sol se desvanece

apretada se arrastra

una serpiente

recuerdos.

Descifrar ese mensaje

sería inútil desafío.

(De “Palabras en el jardín”)

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Fotos de Miguel Grattier.



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