Los datos oficiales ya hablan de 231 muertos y al menos 112 heridos como saldo del incendio de la discoteca Kiss. Hoy arrestaron al dueño del local y a dos músicos de la banda.
Familiares lloran sus seres queridos durante velatorio de las víctimas, llevado a cabo esta mañana en el Centro Deportivo Municipal. Foto: Agencia EFE
Redacción de El Litoral
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Agencias EFE y DPA
En medio de un ambiente de conmoción, en la ciudad brasileña de Santa María comenzaron a recibir sepultura hoy las víctimas del incendio de la discoteca Kiss, que en la madrugada del domingo dejó un saldo de 231 muertos y al menos 112 heridos.
En el Cementerio Ecuménico Municipal y al Parque Jardín Santa Rita se congregaron esta mañana los familiares, amigos y compañeros de estudio de los jóvenes fallecidos.
Una de las primeras víctimas a la que se dio sepultura fue Tanise Lopes Cielo, en cuyo féretro se había colocado un ramo de flores y una fotografía de la joven. Dos mujeres permanecieron hasta el último instante llorando abrazadas al féretro de Tanise, en medio del silencio de los presentes.
Muchos de los fallecidos son estudiantes de distintas facultades de la Universidad Federal de Santa María, que celebraban una fiesta de integración en la discoteca siniestrada.
Al Cementerio Ecuménico Municipal, donde según informaciones de las autoridades serán inhumados 34 cadáveres, comenzaron a llegar poco a poco los féretros junto a varios grupos de personas, muchos de ellos jóvenes universitarios como la mayoría de las víctimas, acompañaban a los ataúdes en su llegada al camposanto.
Entre los fallecidos hay ocho militares, al parecer pertenecientes a la base que la Fuerza Aérea tiene en Santa María.
En la puerta del cementerio la madre de uno de los fallecidos pidió a los cámaras de televisión que se abstuviesen de grabar las dolorosas escenas, y poco después el pariente de otra víctima increpó y empujó a uno de ellos que seguía tomando imágenes. La mayoría de los muertos serán sepultados en Santa María pero también en otras ciudades vecinas de donde eran oriundos algunos de los jóvenes. La alcaldía de Santa María se hará cargo del traslado de quienes no tengan recursos para llevar a sus seres queridos fallecidos hasta su lugar de origen
79 hospitalizados
El ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha, dijo hoy que aún quedan 79 personas hospitalizadas en cuidados intensivos del total de los 112 lesionados.
Cerca del 80 por ciento de esos internados graves son pacientes que sufrieron una intoxicación al inhalar el humo del incendio de la discoteca, y el 20 por ciento restante son heridos con quemaduras graves.
Padilha dijo que en la última noche no se registró ninguna muerte entre los pacientes ingresados en hospitales, aunque advirtió de que los próximos días serán “críticos” para los enfermos.
El ministro alertó que las personas que estuvieron en la discoteca y que inhalaron humo podrían correr riesgo todavía de contraer una infección respiratoria grave.
Este lunes “entre cuatro y cinco” asistentes a la fiesta acudieron a centros de salud en Santa María con síntomas de problemas respiratorios y fueron ingresados “con un cuadro pulmonar grave”, según afirmó Padilha.
Para atender a los quemados, las autoridades brasileñas contactaron a bancos de piel de Sao Paulo y también de otras regiones del país y de Argentina, Uruguay y Perú.
Arrestos y órdenes de captura
Mientras Brasil lloraba a sus víctimas, la policía brasileña arrestaba a uno de los propietarios de la discoteca, así como a dos de los músicos que se presentaban en el momento de la tragedia.
Los arrestos, con carácter provisional, fueron solicitados por el comisario responsable de investigar el incendio más trágico de Brasil en los últimos cincuenta años.
El comisario Marcelo Arigony, titular de la Tercera Comisaría de Policía Civil de Santa María, informó que también fue ordenado el arresto del otro dueño de la discoteca pero que la detención no fue realizada debido a que el empresario es uno de los 112 heridos aún hospitalizados.
“Desde la madrugada estábamos vigilando la residencia de los dueños de la discoteca”, admitió el comisario Sandro Meinerz, titular de la primera Comisaría de Policía Civil de Santa María y responsable por la investigación.
Uno de los detenidos es el empresario Elissandro Spohr, conocido como “Kiko” y propietario de la discoteca Kiss, cuya licencia de funcionamiento estaba vencida desde agosto del año pasado.
El empresario fue arrestado en la vecina ciudad de Cruz Alta, a donde, según su abogado, había viajado para ser atendido en un hospital con síntomas de intoxicación respiratoria por temor a permanecer en Santa María.
También fueron arrestados dos integrantes del grupo musical Gurizada Fandangueira, la banda que tocaba en el momento en que comenzó el fuego y a la que se atribuye el origen del incendio.
El acordeonista de la banda, Danilo Jaques, pereció en el incendio, según informaron ayer sus compañeros.
Según las primeras investigaciones, el incendio comenzó cuando uno de estos integrantes encendió un artefacto pirotécnico cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo de todo el establecimiento.
En un comunicado divulgado en la noche del domingo por sus abogados, los propietarios de la discoteca alegaron que el incendio fue una fatalidad, que su situación es “regular” ante las autoridades y que estaban gestionando la renovación de la licencia para funcionar ante los bomberos.
Una oración para Tanise. Una de las primeras víctimas a la que se dio sepultura fue Tanise Lopes Cielo, en cuyo féretro se colocó un ramo de flores y una fotografía de la joven. Dos mujeres permanecieron hasta el último instante llorando abrazadas al féretro, en medio del silencio de los presentes. Foto: Agencia EFE
Vidas truncadas. Muchos de los fallecidos son estudiantes de distintas facultades de la Universidad Federal de Santa María, que celebraban una fiesta de integración en la discoteca siniestrada. Al Cementerio Ecuménico Municipal, comenzaron a llegar poco a poco los féretros junto a varios grupos de personas, muchos de ellos jóvenes universitarios como la mayoría de las víctimas. Foto: Agencia EFE
Una decisión imperdonable. Además del uso de un artefacto no permitido dentro de un establecimiento cerrado, para la tragedia contribuyeron el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y la supuesta decisión de los vigilantes de cerrar las puertas para evitar que el público saliera sin pagar, según los bomberos. Foto: Agencia EFE