Colón no recibió goles por primera vez en mucho tiempo
La mejor defensa fue querer atacar
En un partido donde Sensini se la jugó con un enganche y tres puntas, Pozo terminó con el arco en cero, algo que no pasaba desde las dos primeras fechas.
Darío Pignata
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“Están haciendo lo que les pedimos”, dijo Sensini de sus jugadores después de Boca. Y seguramente lo que lo dejó conforme al que hoy es DT y antes fue defensor es que por primera vez en mucho tiempo Diego Pozo no la fue a buscar adentro del arco. Así, después de los dos 1-0 cuando empezaba agosto —primero Lanús acá y después San Juan allá—, no le hicieron goles a Colón. Debieron pasar tres meses para que los cimientos del equipo recuperan la solidez de ese inicio que ilusionó a todos entre el torneo y la Copa.
Dijo el entrenador que fue algo “raro”, seguramente apuntando al mucho tiempo que pasó sin el arco cerrado. Pero, en realidad, lo raro es que Colón encontró el candado y tiró la llave a las aguas del Salado justo en el partido que Sensini decidió atacar con mayor cantidad de jugadores ofensivos: Mugni de enganche y tres puntas arriba. Como nunca, “Boquita” arriesgó para ganar y otra vez se quedó sin cotillón en casa, donde no gana desde la primera fecha en el torneo criollo.
Lo que quedó claro es que la apuesta de riesgo contó con mucha responsabilidad y compromiso de los atacantes. Menos Gigliotti, los rapiditos de las inferiores tapaban, bajaban y marcaban por su andarivel. La clave, como siempre, fue la tenencia de la bola. Cuando fue de Boca, en el primer tiempo, Luque se preocupó por Sosa. Pero cuando fue de Colón y en el momento que entró Ricky Gómez, el tándem por la izquierda fue lo mejor del equipo de Sensini.
Hubo otros partidos en los cuales a Colón le llegaron menos veces y le marcaron más goles. Ayer, Boca tuvo algunas claras y no lastimó nunca: Pozo se lo sacó dos veces a Paredes desde lejos, Viatri se “morfó” dos cabezazos y dos mano a mano, uno en cada tiempo. Y Raldes le tiró el acoplado encima a Blandi en una contra del final, justo cuando estaba por patear.
No se trata de sobrecargar responsabilidades en Lucas Mugni, porque el pibe está todavía en el tiempo de prueba y error. Pero fue una lástima que ayer el “10” no encontrara los espacios para usar esa zurda privilegiada que tiene, porque había opciones —con Curuchet por derecha y Luque por izquierda— en las bandas para jugar y hacer jugar.
El otro que estuvo desconectado ayer fue Gigliotti, por más que se diga que “los goleadores son así”. Lo marcaron bien, sí, pero además le faltó movilidad, algo que tampoco tuvo “Tito” en los minutos que estuvo. Le faltó tiempo de rodaje al tridente para que el “9” sepa dónde irá el centro cuando los extremos desborden. Pero la puesta en escena, aunque el cero condene, no estuvo nada mal y merece volver a saltar a las tablas para otra función.
Claro que para eso se necesita tiempo y paciencia, cosas complicadas para el fútbol urgente de estos días. Pero para muestra alcanza con lo del “9”: cuando Colón arrancó la temporada, la gran incógnita era el delantero de área que reemplazara a “Bichi” con sus muchos goles.
En los primeros partidos, se escucharon murmullos pero hoy Gigliotti ya aportó 7 goles entre torneo y Copa. Hoy, el ex San Lorenzo es titular y “Tito” suplente.
Así, de manera “rara” como lo definió Sensini, Colón terminó con el arco de Pozo en cero, algo que no pasaba desde hace tiempo. Los números marcan que, otra vez, no encuentra la fórmula para ganar de local: apenas sumó 7 puntos de 21, con el 33 % de eficacia en siete fechas y está entre las cinco peores localías del campeonato.
La tarde que puso más gente para atacar —un enganche y tres delanteros de oficio— fue cuando menos lo lastimaron. Así de raro es este Colón. Como si fuera cierto aquel viejo axioma futbolera: “La mejor defensa es un buen ataque”.
Pozo no la buscó adentro. Uno de los aspectos positivos que dejó el empate con Boca es el hecho de no recibir goles. No es un dato menor, porque Colón está en la mitad de la tabla y es el más goleado de esos diez primeros equipos con 18 tantos en contra. El arco en cero no se daba desde las dos primeras fechas —Lanús y San Juan— y ayer se jugó la decimocuarta. Foto: Amancio Alem
Curuchet, punterito derecho
Se juntó bien con Ricky. El complemento de Colón por la banda izquierda fue más que interesante, máxime cuando ingresó Ricardo Gómez por Lucas Mugni y Colón aceleró en los metros finales. Otra vez al pibe de las inferiores lo amonestaron por “tirarse”, acorde a lo que entendió Abal. Foto: Amancio Alem
El que más corre de todos. Si bien en esta jugada el pibito sabalero se preocupa por la subida de Erviti, durante el juego preocupó bastante por la punta derecha con sus desbordes. Lamentablemente, nunca Gigliotti encontró la ubicación entre los zagueros de Boca, que lo marcaron mucho y bien. Foto: Pablo Aguirre