La defensa de Lucila pidió la absolución
La defensa de Lucila Frend pidió ayer por la tarde que sea absuelta por “falta de pruebas” del crimen de Solange Grabenheimer y consideró que no se investigó a los albañiles que trabajaban en la obra lindera a la casa.
El abogado García Santillán (a la derecha) se mostró sorprendido por la “osada” acusación de la fiscalía.
Foto: Agencia Télam
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“No hay dudas, hay certezas de que Lucila nunca pudo ser autora de este crimen”, remarcó el abogado Francisco García Santillán, quien consideró que “muchos testigos mintieron” y remarcó que su clienta quiere que se investigue quién mató a su amiga.
En su alegato ante al Tribunal Oral 2 de San Isidro, el abogado afirmó que su clienta salió de su casa a las 7.30 del 10 de enero de 2007 y que de los ocho peritos que declararon en el debate, seis afirmaron que el homicidio se cometió alrededor de las 12 de ese día y fijaron como horario mínimo las 8.
“Evidentemente, sólo con esto, la absolución es la única forma de terminar con este juicio. Y si a todo esto le sumamos todo lo que se ha dicho aquí sobre las livideces es imposible que (Lucila) haya estado en el lugar”, remarcó.
Agregó que ningún perito de los que declararon sabía a qué temperatura estaba la heladera en la que el cuerpo permaneció entre las 3 y las 17 del 11 de enero, momento en que se hizo la autopsia y que el médico forense que revisó el cadáver en la escena del crimen no tenía el termómetro adecuado para medir la temperatura del cuerpo.
Acusación temeraria
Al comenzar a hablar, García Santillán dijo estar “desconcertado” porque nunca le había sucedido lo ocurrido en este juicio: “Jamás pensé que el fiscal iba a tener la osadía de ensayar una acusación como la del día de la fecha”, remarcó.
“Lo que siento es que estamos presenciando una acusación con palabras descarnadas, sin contenido probatorio y se pretende encerrar de por vida a una chica inocente que está sufriendo desde hace casi cinco años”, afirmó el defensor. Al respecto, citando a “Crimen y Castigo” de Dostoievski, dijo que “así como cien conejos no hacen un caballo, cien indicios no hacen una prueba”.
Sobre la hipótesis de que el asesino de Solange fue alguno de los albañiles que trabajaban en el barrio, el defensor Sergio Pizarro Posse dijo que se sustenta en que no se encontraron rastros de sangre en la casa ni hacia afuera porque el asesino salió por la puerta balcón del PH, que daba a la obra de al lado.
El abogado cuestionó que no se hicieran cotejos de ADN entre las muestras halladas en la escena del crimen y los albañiles, a lo que el fiscal respondió luego, en las réplicas, que con ese criterio, se debió haber imputado a todos los hombres.
Sin razones
Por su parte, García Santillán se preguntó: “Por qué la vamos a condenar, porque dicen que es fría, que le usaba el desodorante a Solange y por que es zurda”.
“¿Por qué está Lucila en el banquillo de los acusados? No me lo explico. La hemos escuchado en esta declaración negar el hecho que se le enrostra”, remarcó y detalló una serie de puntos que, a su entender, la fiscalía no valoró.
El abogado cuestionó al fiscal por decir que Lucila “no buscó desesperadamente” a su amiga el día del crimen.
“¿Acaso la buscó desesperadamente la madre, el padre, el novio? Hasta la noche nada se sabía”, dijo, en referencia al momento en que Lucila llegó al PH con Santiago Abramovich, pareja de Sol, y la prima de ésta y hallaron el cuerpo.
Agregó que el mismo día a las 10.01 de la mañana, Lucila le mandó un mensaje de texto a Sol desde la computadora de su trabajo para ver dónde estaba y luego otro a las 19.34 porque no sabía nada de ella.
También, en base a informes telefónicos, que llamó al trabajo de Sol a las 14.17 para preguntar si estaba allí, pese a que una testigo lo desmintió.
“Estos cuatro años, la animosidad del fiscal ha sido evidente”, se quejó García Santillán, quien luego se dirigió a Patricia Llambot, la madre de la víctima y afirmó que “ha sido engañada y se aferra a una sola hipótesis con la consecuencia de tener a Lucila sentada aquí”.