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“El 22 volvemos los locos”

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El precandidato de “Mesa Unificadora” se define como un militante del Evangelio y vuelve a la política después de 24 años. Foto: Flavio Raina.

Solitario, compite en la interna justicialista. Su lista, la 22, no lleva candidatos a gobernador ni a cargos legislativos provinciales. Es evangelista y asegura que no hace campaña política.

 

Lía Masjoan

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Enrique Peralta Ramos llegó a El Litoral luciendo un par de zapatos nuevos. “Es lo único que me quedó después de la inundación”, dijo levantando uno de sus pies, prestos para iniciar su primera recorrida de campaña. Para explicar por qué decidió ponérselos para esta ocasión recordó el episodio que, en diciembre de 2008, protagonizó un periodista iraquí cuando le arrojó su zapato al ex presidente estadounidense George Bush. “Le estaba tirando el honor del pueblo, porque el honor de cada uno está establecido a través de sus zapatos”.

Es uno de los siete precandidatos a intendente del frente justicialista Santa Fe para Todos pero dice que no hace campaña. “Estoy aquí porque me invitó El Litoral”, explicó a los vecinos. “No hago propaganda, no pego afiches, no estoy ni en radio ni en televisión”.

Es evangelista y confía en que lo acompañen los más de 25 mil fieles que según sus cálculos hay en la ciudad y, así, suceda “el milagro” que lo impulse al Palacio de calle Salta. “Lo nuestro puede parecer una utopía”, reconoce. Pero “necesitamos que cada uno de ellos lleve dos o tres amigos y nos acompañe toda la gente que quiere trabajar ordenadamente dentro del municipio”.

Relajado, avanzó por Yapeyú a ritmo lento y se quedó más de 20 minutos conversando con cada vecino. A la hora de hablar de los problemas de hoy, recordó tiempos pasados y volvió sobre antiguos proyectos que impulsó en su época de concejal, allá por el año 1984.

En la avenida 12 de Octubre encontró a Tomás Pascua. El vecino le contó que está a punto de recibir su jubilación. Y él desempolvó un viejo proyecto “del año 85 ú 86 para adecuar los sistemas jubilatorios de todos los trabajadores en relación de dependencia”.

José Luis Carbone y Cristian Villagoiz le plantearon una preocupación concreta. Quieren regularizar la situación de su agencia de remises para tener la habilitación municipal. “Hoy hacemos de remís, de ambulancia, de flete; los taxis nos dejan el pasaje acá para que nosotros los llevemos a San Agustín o a La Nueva Tablada porque a ellos les roban”. Les contestó que su idea es agruparlos en una cooperativa, unificando el sistema de taxis y remises bajo una misma tarifa. Pero el vecino le explicó que ellos necesitan un sistema especial porque se mueven sólo dentro del barrio, donde no transitan los autos legales.

Peralta Ramos cerró el tema sin una respuesta concreta, pero los invitó a votarlo con una frase desopilante: “Soy un evangélico cristiano que entiende la política de forma diferente y vuelve después de 24 años. Siempre entendí que el día tiene 24 horas, hasta que hace muchos años una maestra me dijo que me fijara que la Tierra giraba alrededor de su eje en 23 horas, 59 minutos, 53 segundos. Son los 7 segundos que le faltan al día. Son los que vos vas a tener como arma en el momento de utilizar tu voto”. Así, los invitó a marcar su nombre en la boleta electoral.

Al despedirse dejó “bendiciones” y a todos les recordó: “Somos la lista 22. El 22 volvemos los locos. Quiero que ores por mí hasta el 22. Después, que Dios haga su trabajo”.

En épocas de elecciones nos vienen a contratar a nosotros para que llevemos a la gente a votar. Pero cuando ganan, nos paran y nos piden los papeles de los autos pero no nos quieren habilitar para que podamos circular como corresponde adentro de nuestros barrios”.

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Cristian Villagoiz remisero

/// Perfil

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El azar llevó a Enrique Peralta Ramos a Yapeyú. Foto: Flavio Raina

Enrique Peralta Ramos (56 años) está separado y tiene 5 hijos. Nació en San Martín y Crespo, pero “avatares de la vida” lo llevaron a vivir en Santa Rosa de Lima. A los 17 años comenzó a trabajar de mozo y estuvo en el Hostal, Círculo Italiano, Regatas y Jockey. En 1970 empezó a participar en política. Estuvo preso por pintar paredes. Fue coordinador de Espacios Verdes de la Municipalidad en 1983; coordinador de la Dirección de Control en 1985, concejal y secretario de Servicios Públicos.

La prioridad

Hoy las vecinales permanecen cerradas casi todo el día. Mi trabajo será municipalizarlas llevando el personal a las entidades. No hablo de coordinación política sino de coordinación municipal, porque los que estén encargados de los entes vecinales serán los mismos empleados municipales, a los que conozco desde hace muchísimos años porque entraron en la época en que nosotros empezamos, en el año ‘83.

Además voy a reducir a 20 la cantidad de personal ejecutivo que hoy se desempeña en la Municipalidad, con el objetivo de ahorrar unos 650 mil pesos mensuales en relación con lo que se gasta hoy.

El gran flagelo en los barrios es la droga y hay que tomar medidas contra eso.

La solución

Para municipalizar las vecinales tengo un proyecto del año 85 que propone llevar a las asistentes sociales a los entes vecinales porque tienen que estar en los barrios. No tiene por qué ir la gente a la Municipalidad para hablar con una de ellas que esté de turno. Lo mismo pasa con el área de Control, los agentes deben estar en las vecinales. Respecto al dinero que se ahorre al reducir el personal ejecutivo, va a estar destinados a 400 chicos de los barrios que estén estudiando en cualquier nivel para que puedan trabajar y terminar sus estudios. Tienen que tener un atractivo para empezar a ver nuevamente la constitución de la familia porque la política la ha destruido: al jefe de hogar no le alcanza para el sustento de su familia y si los chicos salen a trabajar no terminan sus estudios.

 

La pregunta

¿Qué haría para evitar que se sigan formando minibasurales?

Primero, no entra un carro más desde calle Urquiza para el centro. Queremos incorporarlas con su familia en un servicio de cooperativa que funcione en cada lugar que se necesite con un sistema similar al que hay hoy en el relleno sanitario. Tuve ese inconveniente en el año ‘87, siendo secretario de Servicios Públicos porque teníamos un proyecto de cooperativismo, copiado de Avellaneda, que permitía erradicar la basura, los caballos y los criaderos de chanchos que hay en los barrios. El gran problema de las personas que se dedican a recolectar basura es que los que salen a cirujear son los chicos. Esas cosas tienen que terminar en la ciudad.



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