LA FOTO /// Ternura brutal
Un luchador de sumo, disciplina que tiene en Japón una larguísima tradición, sostiene en sus brazos un lloroso bebé durante el festival anual de Nakizumo, que se realiza en el templo Sensoji de Tokio. Cada año unos bebés nacidos participan en este acontecimiento que busca atraer una buena salud para los infantes. El punto culminante del festival es habitualmente la competición, en la que toman parte los luchadores de sumo que llevan en las manos a sus pequeños niños. Los deportistas salen por parejas, cada uno con su niño para que les vean los jueces y se ponen uno frente a otro. La idea radica en hacer llorar al bebé lo más rápido posible y en caso que lloren juntos ganará aquel que lo haga más alto.
Foto: Agencia EFE