Gratificante. Luciana Aymar, con la emoción a flor de piel, muestra los Olimpia de Oro y Plata obtenidos en la tradicional ceremonia. Previamente, había recibido el Olimpia del Bicentenario, por ser la mejor jugadora de hockey de la historia de nuestro país. Foto: Télam
En lo que sin lugar a dudas representa una rúbrica ideal para el que ella misma definió como “el mejor año” de su prolífica carrera deportiva, Luciana Aymar recibió la pasada medianoche el Olimpia de Oro, destinado a la mejor deportista argentina de la temporada.
La capitana de Las Leonas se coronó campeona del Mundial Rosario 2010 y por séptima vez, fue elegida por la Federación Internacional de Hockey, como la Mejor Jugadora del Mundo.
A los 33 años, la rosarina que cumplió 300 partidos con la camiseta celeste y blanca, se dio el gusto de consagrarse esta vez en su propio terruño, transformándose -como siempre- en pieza clave del accionar del Seleccionado Argentino, que en la definición batió a Holanda por 3 a 1.
El mismo elenco que este año también ganó el Champion’s Trophy y el Rabo Trophy, bajo la conducción de Carlos Retegui.
Quizás resulte oportuno recordar una vez más los comienzos de la mejor jugadora argentina de todos los tiempos (anoche también recibió el Olimpia del Bicentenario, por esa condición), signados por el sacrificio y la convicción que desde siempre enarbolan Las Leonas.
Como aquellos interminables viajes desde su Rosario natal junto a su amiga del deporte y de la vida, Ayelén Stepnik, con destino a las concentraciones y/o entrenamientos en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo de Capital Federal.
Justamente, desde el Cenard, fue donde comenzó a gestarse uno de los grupos más emblemáticos del deporte nacional, con el inconmensurable aporte de un docente con mayúsculas como Sergio “Cachito” Vigil.
Con esa entereza y humildad que la distinguió desde siempre, Luciana Aymar disfruta hoy (y desde hace bastante tiempo) de las mieles del reconocimiento universal, que en este caso, se remitió a la capital del país que tanto ama y al que siempre eligió para jugar.