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Nuevas revelaciones del Sumo Pontífice

Benedicto XVI considera equivocado

afirmar que el Papa es “infalible”

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El Papa hizo estas revelaciones en el libro-entrevista “La luz del mundo. El Papa, la Iglesia y las señales del tiempo. Una conversación con el Santo Padre Benedicto XVI”, del escritor Peter Seewald, que saldrá el martes. Foto:EFE


La máxima autoridad de la Iglesia Católica reconoció que un Papa “también se equivoca” y se comporta “como cualquier otro obispo”. La infalibilidad del Papa fue aprobada por el Concilio Vaticano I.

 

De la Redacción de El Litoral

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EFE

Benedicto XVI considera “equivocado” afirmar que el Papa es infalible, “ya que un Pontífice también se equivoca”, afirmación que se une a la justificación que ha hecho del uso del preservativo “en algunos casos” y que suponen un “giro clamoroso” en el Pontificado, según observadores vaticanos.

El Papa Ratzinger también ha asegurado que nunca pensó en que sería elegido Pontífice y que aunque Dios le da fuerzas para seguir, se da cuenta de que a sus 83 años “las fuerzas van disminuyendo”.

Joseph Ratzinger así lo cuenta en el libro-entrevista “La luz del mundo. El Papa, la Iglesia y las señales del tiempo. Una conversación con el Santo Padre Benedicto XVI”, del escritor Peter Seewald, que saldrá el 23 de noviembre y del que hoy la prensa italiana publica algunas páginas, después de que el Vaticano adelantara ayer un extracto.

Además de justificar el uso del preservativo “en algunos casos”, la primera vez que un Papa lo hace, Benedicto XVI afronta en el libro otros aspectos del Papado, de la Iglesia, de su vida, del momento de su elección.

Así, preguntado si “verdaderamente el Papa es infalible, un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley”, Benedicto XVI responde, de manera categórica: “Eso es una equivocación”.

Según Benedicto XVI, el Papa se comporta “como cualquier otro obispo” y sólo en determinadas condiciones “cuando la tradición es clara y se sabe que no se actúa arbitrariamente, entonces puede decir que esa cuestión determinada es fe de la Iglesia”.

“Obviamente, el Papa puede equivocarse, ser Papa no significa considerarse un soberano colmo de gloria, sino uno que da testimonio de Cristo crucificado”.

La infalibilidad del Papa, aprobada por el Concilio Vaticano I, es uno de los puntos que separan a las Iglesias Católica y Ortodoxa.

Elección

En el libro, según lo conocido hoy, Benedicto XV cuenta que en el Cónclave de 2005, para elegir el sucesor de Juan Pablo II, estaba “seguro” de que el cargo no estaba destinado a él y convencido de que Dios, “después de tantos años de fatiga”, le habría concedido “un poco de paz y tranquilidad”.

“La única cosa que pensé (cuando fue elegido) fue: evidentemente la voluntad de Dios es otra”.

También recuerda que en los minutos después, en la llamada “Habitación de las lágrimas” (anexa a la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, donde se retiran en meditación los papas elegidos) se dirigió a Dios y le dijo: “¿Qué me estás haciendo? Ahora el responsable eres tú. Me tienes que dirigir. Yo no soy capaz y si Tú me has querido, ahora me tienes que ayudar”.

Asegura que “no sabe” si Juan Pablo II lo quiso como su sucesor y que cree que el Papa Wojtyla lo dejó todo en manos de Dios.

Sobre los cambios en el mundo a partir de la Revolución del “68, el Papa cuenta que desde ese año la fe cristiana ha entrado en contraste con un nuevo proyecto de sociedad “y ha tenido que soportar ataques y poner resistencia ante una generación marxista que ponía en entredicho a todo Occidente”.

Profilácticos

El diario vaticano, L’Osservatore Romano, adelantó ayer otras páginas del libro, destacando la posición del Papa sobre el preservativo, cuyo uso justifica “en algunos casos”, aunque insiste en que no es la “verdadera” manera para combatir el sida, “ya que es necesaria -reitera- una humanización de la sexualidad”.

Según el Papa Ratzinger “concentrarse sólo” en el preservativo significa “trivializar” la sexualidad, “aunque pueden haber algunos casos justificado, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico”.

“Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que todo no está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere”, afirma.

Sobre esta “apertura” al condón, el director de L’Osservatore Romano, Giovanni María Vian, dijo hoy a Corriere della Sera, que la doctrina “en sí no cambia, que la moral católica es contraria al uso del preservativo” y que las palabras de Benedicto XVI son “el realismo de pastor”.

Aseguró que la Iglesia y el Papa “sufren prejuicios tenaces” y que el libro sirve para echarlos por tierra.

Y agregó que si se representa a la Iglesia “como cerrada, retrógrada, despiadada, sorda, enemiga de los hombres”, las palabras del Papa suponen “un cambio clamoroso”, aunque precisó que la Iglesia nunca ha sido eso.

En el libro el Papa también afirma que no le pillaron “del todo“ por sorpresa los escándalos de clérigos pederastas, pero la dimensión del escándalo sí ha sido “un shock enorme”.

Sobre la presencia de la mujer en la Iglesia, el Papa afirma que la Iglesia “no tiene facultad alguna” para poder ordenar mujeres sacerdotes.

“La Iglesia busca paz y justicia”

El papa Benedicto XVI impuso hoy a los 24 nuevos purpurados el anillo cardenalicio, el otro signo -junto al capelo- de los Príncipes de la Iglesia, durante una misa solemne en la que subrayó la misión de la Iglesia para transformar la tierra y que germinen en ella la paz y la justicia.

En el día en el que la Iglesia conmemora la fiesta de Cristo Rey, Benedicto XVI pronunció en la basílica de San Pedro una homilía en la que dijo que su ministerio está basado en la fe en Cristo y que por ello su labor es “difícil”, ya que “no se alinea” con la manera de pensar de los hombres.

“Es difícil este ministerio, ya que no se alinea con el modo de pensar de los hombres, esa lógica natural que por otra parte permanece siempre activa en nosotros”, señaló el Obispo de Roma, que agregó que creer en Cristo “transforma toda la vida”.

Subrayó que el Papa y los cardenales deben estar “profundamente unidos, bajo la guía del Sucesor de Pedro (él) para trabajar sólo pensando en la Cruz, lo que no es fácil ni descontado.

“En esto tenemos que ser compactos, ya que nos une una idea, una estrategia, el amor por Cristo. Por eso, en el anillo que os entrego, sello de vuestro pacto nupcial con la Iglesia, está la imagen de la crucifixión y por ese motivo el color de vuestro hábito alude a la sangre, símbolo de la vida y del amor”, dijo el Papa a los nuevos purpurados.



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