Corea, un rival duro
Para ganar, primero hay que sufrir
Las Leonas siguen su racha triunfal, pero esta vez les costó mucho sacrificio. Inglaterra derrotó a China y también es líder.

Nuevamente, la magia de Luciana Aymar, le dio el triunfo a la Argentina. Esta vez habilitando a Carla Rebecchi, que marcó el único tanto para la victoria.
Foto: DyN
Luis Gudiño
Enviado especial a Rosario
Fue totalmente distinto del debut. Primero, porque la Argentina no tuvo un rendimiento superlativo como ante Sudáfrica y, segundo, porque Corea del Sur no se lo permitió. Fue un rival complicado, duro, con mucha presencia física en las marcas, jugando al límite del reglamento y muchas veces, excediéndose. Tal como se esperaba, porque lo demostraron ganándole a China en su presentación.
Las Leonas ganaron con una combinación mortal entre Luciana Aymar, en una de sus escapadas a la terrible marca coreana, y Carla Rebecchi, que como un rayo entró y definió magistralmente. Pero además, sacaron la garra y el sacrificio cada vez que hizo falta, logrando una victoria clave para la definición de la zona clasificatoria.
Meten y meten
Tal como dijo el técnico Carlos Retegui antes del partido, Corea es rápido, sólido en defensa, sus delanteras marcan mucho y bien la salida del rival; son peligrosas de contragolpe.
Fue muy dura la lucha en mitad de cancha; las coreanas van mucho al juego físico e impidieron el lucimiento de las habilidosas y creativas de Las Leonas, a tal punto que se sintieron molestas e incómodas.
Además, cuando la Argentina llegó con peligro, sobre todo en las intervenciones de “Carlita “ Rebecchi o Soledad García, la arquera coreana Youngh Hui Moon, se lució y evitó la caída de su valla. Noel Barrionuevo tuvo cuatro chances de córner corto, y una más, Claudia Burkart, pero la muralla llamada Moon evitó los goles, con solvencia y mucho estudio previo de las tiradoras argentinas.
Con ese marco, sin poder imponer su esquema de juego, Las Leonas debieron ir cuesta arriba. Por suerte, cada vez que las coreanas generaron riesgo, Belén Succi tapó todo lo que le tiraron.
Sobre el final de la etapa, una jugada originó reclamos y reprobación del público hacia los mediocres árbitros. Aymar desequilibró, la chocaron dentro del área, cayó cuando se aprestaba a definir. No fue corto, no fue penal, ¿no fue nada? Según los jueces y después de recurrir a los videos, no cobraron ninguna infracción y se fueron a los vestuarios.
Argentina superior
En el complemento, la historia cambió. Las Leonas salieron más decididas y presionaron a las coreanas. Sobre los diez minutos, “Lucha” Aymar tomó la bocha en la mitad de cancha, pasó una, dos, y le metió un pase perfecto a Carla Rebecchi, que definió como ella sabe: perfecto.
Como las coreanas perdieron la calma, especialmente su entrenador Keon Kang (que hasta tiró un botín al campo de juego cuando finalizó el partido en un ataque de bronca por la derrota), y dejaron espacios vacíos que fueron aprovechados por Las leonas para buscar herir al rival y estuvieron a punto varias veces de lograrlo.
Una tarea sobresaliente de Luciana Aymar -a pesar de las pegasosas y férreas marcas-, de Mariela Scarone, “Rosarito” Luchetti y, tal como ocurrió en el primer cotejo, el aire fresco que llegó desde el banco con Daniela Sruoga y Giselle Kañevsky.
A temblar
Cuando todos esperaban que la máquina comience a funcionar a full, pasó algo que casi cambia la historia. Error en defensa, amarilla para “Piti” D’Elía y a temblar de miedo hasta el final con una jugadora menos, las asiáticas desesperadas (yo diría hasta “sacadas”) y al ataque buscando el empate.
Por suerte, ellas se equivocaron y Las Leonas manejaron bien la situación, hicieron correr la bocha, la movieron de un lado al otro y dejaron transcurrir los minutos hasta el final. Paralelamente, desde el banco coreano sólo emitían gritos de desesperación (también reproches de parte de su entrenador) y presionaban a sus jugadoras, lo que les generó más desconcierto.
Las argentinas tuvieron alma, corazón e inteligencia para sacar adelante este compromiso y sumar 6 puntos en dos presentaciones, a fin de continuar la marcha invicta hacia la ronda final.