El Litoral Santa Fe - ellitoral.com   Imprimir esta página
Link completo de la nota: www.ellitoral.com/index.php/diarios/2010/07/03/opinion/OPIN-06.html

Llegan cartas

El color de los pañuelos

Gladys M. Farías.

DNI. 1.124.381. San José del Rincón.

Señores directores: El blanco de la pureza abre caminos de luz y de esperanza, de fe y de amor, nunca abriga caminos equivocados, donde, quizás, impotentemente, sólo encuentran la pequeña, o no tan pequeña, satisfacción oculta, de castigo y/o venganza personal.

Confucio dijo: “Eduquen al niño, para no castigar al hombre”.

Cuántos jóvenes que ya no son niños, surcan caminos equivocados que sólo los llevan a la desesperación por la falta de amor que los colocaran, con un empujoncito, a caminar nuevamente por donde no debieron haber salido nunca.

Ese empujoncito los hubiera salvado, ayer y hoy, del libertinaje en el que hoy se encuentran, desperdiciando las potencialidades que Dios les puso al venir a este mundo. Potencialidades que si son descubiertas a su debido tiempo habrían evitado en ellos, la confusión que lleva a la violencia y al descontrol de la moral.

Descontrol que, lejos de hacerlos felices, sólo les hacen descubrir sentimientos bajos y tristemente destructivos de esa moral que nunca debieron olvidar y siempre debió estar protegida por los “pañuelo blancos” del amor, de la piedad y de la educación que ilumina caminos limpios exentos de la vanidad y vergonzosos deseos de protagonismo social.

Cristo dijo: “Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen...” y entregó su espíritu y su terrible sufrimiento físico, para la salvación de toda la humanidad.

También dijo: “No juzguen, si no quieren ser juzgados”.

Sólo Dios nos juzgará a todos, preguntándonos ¿cuánto hemos amado?... y ese interrogante, ¿nos lo hacemos nosotros? alguna vez por fuertes que sean nuestras razones? ¿Cómo se forjaron las guerras? ¿Con razón?

Cuántos pañuelos blancos tendríamos que ponernos toda la humanidad, si cada cruz blanca encerrara realmente a quienes dieron su vida por una ilusión joven de un país joven como el nuestro, que con sólo el derecho del deber cumplido, la obediencia sacrosanta y la disciplina, gozaríamos hoy de la verdadera justicia que tanto anhelamos periódicamente, día a día, de quienes rigen los destinos de nuestro país.

Si hemos de tener memoria de lo que nos tocó vivir, también nuestra cabeza debiera notar cubierta con “pañuelos negros” desde que el “¡hundan el Belgrano!” llevó al fondo del mar a tantos hijos argentinos.

Que el aire, la tierra y el mar, que nos dan vida, guarden en su seno los derechos a la libertad y a la soberanía para que “¡sean eternos los laureles que supimos conseguir!”.

Dios bendiga a la juventud que, quitándose horas de descanso y a la recreación trabajan dignamente y esforzadamente mediante el estudio, para hacer brillar ese “oro en bruto” que todos poseemos al llegar a este mundo, aunque no todos poseen esa oportunidad, y gracias a ellos, el mundo seguirá avanzando, sin prisa pero sin pausa, hacia el bien de todos. Bendita juventud, que Dios os guarde.



Diario El Litoral - Copyright 2025