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Tras el raid Santa Fe-Coronda, llega al club Regatas de esa localidad, donde la recibe una multitud.

La primera dama del río Coronda

La historia deportiva de Teresa Plans, 60 años después de los raid naúticos que le permitieron escribir una parte importante de la historia sobre el río Coronda.

TEXTOS. ALFREDO M. CEBALLOS. COLABORACIÓN. PROF. HIAM DIP.

El río, siempre el río, de tiempos inmemoriales, a veces por la supervivencia, por la recreación, por contemplarlo desde sus barrancas, como lo hacía Alfonsina Storni en sus tardes corondinas en la bajada de Cabral, o por el significativo encuentro en el agua con el deporte. Quizás haya sido ésta la musa inspiradora de la hoy mítica Santa Fé-Coronda, o simplemente saber que hay un especial afecto del lugareño, en su mirada infinita hacia el río, a sus contornos verdosos.

A fines de los años “40 y principios de los “50, en la localidad ribereña de Coronda, una adolescente de casi 20 años, soñaba con triunfar en la natación amateur, específicamente en los “Raids de Aliento” que consistían en lograr la mayor permanencia en el agua. Este tipo de pruebas, hoy casi desaparecidas, fueron muy populares durante las primeras décadas del siglo XX. Basta con recordar la hazañas y el récord logrados por el “Tiburón del Quillá”, don Pedro Candioti.

Teresa Plans, aprende a nadar en las aguas del Coronda, en la costanera local, por ensayo y error. Logra flotar y más tarde hacer las primeras brazadas, con conocimientos básicos, rústicos, que le permiten no hundirse en el agua.

Cansada de la rutina que significaba unir Campo Mondino o Desvío Arijón con su pueblo, realiza los esfuerzos necesarios para realizar el raid Santa Fe-Coronda. Auxiliada por el bolsillo familiar y auspiciada por los clubes Quillá santafesino y Regatas de Coronda, comienza la preparación física en 1950.

LA PRIMERA HAZAÑA

La prueba se realizó el 25 de febrero de 1951, a las 6.30 hs, cuando se arrojó al agua en el canal de acceso. El raid náutico de permanencia en el agua se desarrolló con normalidad; la joven atleta resistió físicamente el sacrificio que le impuso la prueba. A lo largo de los 52 km. del recorrido, fue alentada constantemente por un grupo de corondinos, amigos de la familia que, con su música y bromas, mantenían despierta y distraída a la atleta. La supervisión estuvo a cargo de Salvador Ventura, reconocido waterpolista y remero del Regatas de la ciudad capital.

El éxito la abrazó luego de 11 horas y 33 minutos de nado. Ese día de febrero, Plans dedicó la hazaña a los deportistas de Juegos Panamericanos y a su director técnico Pedro Candioti. Con un récord propio, se colocaba a la altura de las mujeres que hacían historia en esta práctica deportiva como, por ejemplo, Maria Digna Escurra, Lita Tiraboschi, Anita Gutbrod, Maria Romoli, Lilian Harrison o Edith C. de Schiariti.

Por primera vez, el pueblo de Coronda sintió el orgullo de tener una deportista que transcendió los límites locales y provinciales, proyectándose como una promesa deportiva a nivel nacional, ya que a su logro lo difundieron los principales diarios de Argentina y revistas especializadas.

PRUEBA DE RIESGO

Sin perder tiempo y confiada en sus posibilidades, en 1952 se propuso unir a nado Paraná con Coronda. Luego de meses de preparación física, el 17 de febrero a las 7 de la mañana, se arrojó al agua en el muelle viejo de las aguas corrientes, en la capital entrerriana.

La acompañaba un grupo de admiradores más numeroso que en la primera oportunidad. Ahora la escoltaban seguidores, remeros y nadadores, jefe de ruta, médico y músicos corondinos; a los que se sumaron los santafesinos Dr. Julio Busaniche y Dr. Carlos Cristensen, quienes alentaban desde el yate “Mariú”. Nadaba con un promedio de 30 brazadas por minuto, según el informe elaborado por el delegado de la Federación Santafesina de Natación y Waterpolo Salvador Ventura y el controlador oficial Rodolfo Escape.

La prueba se desarrolló con normalidad hasta las 21.30 del domingo, cuando Plans nadaba a la altura de Sauce Viejo. Lentamente las condiciones climáticas fueron desmejorando y todo hacia prever que se aproximaba una tormenta. A las 3 del lunes 18, frente a la boca del arroyo Maciel, se desató la violenta tempestad, cuya duración aproximada fue de una hora. El fuerte viento sur le cortó el contacto con sus acompañantes; todos quedaron retrasados, hasta la embarcación “Mariú” que tripulaba el Dr. Busaniche con amigos y admiradores de Teresa.

Luego de superar la fuerte tormenta y cubrir 85 kilómetros, en 23 horas, 8 minutos y 3 segundos; arribó a las 6,30 del lunes 18 de febrero a los muelles del Club Regatas de Coronda. La prueba fue superada ampliamente; otra vez, salió del agua en perfecto estado de salud, valiéndose por sus propios medios.

UNA DECISIÓN INAPELABLE

Más allá del triunfo conseguido, la joven ignoraba que esa había sido su última prueba. Había llegado el fin, impuesto por una decisión paterna, inapelable. Contra ella no pudo ni el mismísimo titán del río Pedro Candioti.

La hija menor de la familia Plans tenia que abandonar la “Natación de Aliento”, por la determinación que tomó Jaime Plans. La decidió en la madrugada del lunes 18 de febrero, en momentos en que la tormenta inoportuna descargó su violencia, justo mientras su hija se hallaba nadando en medio del río Coronda y de madrugada.

Luego de diez años de ausencia en los raides, una nadadora española llegó a esta tierra para destronarla, quitándole su primera marca: 52 kilómetros en 11 horas y 33 minutos.

El domingo 15 de abril, Teresa A. Plans perdió el trono. Después de una década de reinado sobre el río, la catalana Monserrat Treserras, logro arrebatarle el titulo que ostentaba.

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Teresa Plans aprendió a nadar en el río Coronda y soñaba con triunfar en la natación amateur.



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