Dos errores tremendos de los árbitros
El día en que el fútbol exigió
la utilización de la tecnología
Fue un grito en dos actos separados por poco más de cuatro horas. Abochornado por dos actuaciones arbitrales que superaron la frontera de lo insólito, el fútbol mundial pidió ayer en voz alta la ayuda de la tecnología.
Redacción de El Litoral
DPA
Sucedió entre las 16.38 en Bloemfontein y las 20.59 en Johannesburgo, una tarde-noche de pesadilla para la Fifa, nuevamente en la mira por su cada vez más discutible negativa a aprovechar algunas de las ventajas que el siglo XXI le ofrece al deporte.
Dos árbitros, el uruguayo Jorge Larrionda y el italiano Roberto Rosetti, cuatro países -Inglaterra, Alemania, Argentina y México- y 135.000 personas entre los dos estadios se vieron involucrados en un 27 de junio de 2010 que marcará al fútbol.
Inglaterra debió celebrar un empate promediando el partido, pero terminó goleada por Alemania. México pudo aprovechar su mejor juego ante una Argentina frágil, pero terminó vapuleado.
“¡Usen la tecnología!”, clamó tras la derrota por 4-1 ante Alemania Frank Lampard, el mediocampista inglés perjudicado por el primer acto del bochorno arbitral en los octavos de final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Fue en el minuto 38, cuando Inglaterra perdía 2-1. El hombre del Chelsea lanzó un disparo que se estrelló en el travesaño, picó adentro del arco y volvió a salir. Larrionda no permitió que el gol subiera al marcador, aunque en las repeticiones se observa claramente que la pelota entró en el arco.
Era, en un notable giro de la historia, la “revancha” del gol de Wembley, aquel de Geoffery Hurst en la final de Inglaterra ‘66 que los locales le ganaron a Alemania 4-2. Conocido como el “gol fantasma”, hasta hoy Franz Beckenbauer y Bobby Charlton siguen discutiendo si entró o no.
“Ahora igualamos lo de Wembley”, celebró Thomas Müller, autor de dos goles ayer en Bloemfontein y que nació 24 años después del “gol de Wembley”.
La respuesta de la Fifa
La Fifa, que no podía imaginar lo que sucedería por la noche, reaccionó una hora después del choque con un comunicado lapidario: nada de tecnología en el fútbol. “En cuanto a la tecnología de la línea de gol, sigue vigente la posición de Fifa, acorde con la decisión tomada por la Ifab en marzo”, dijo sobre la negativa del International Football Association Board, responsable de las reglas del fútbol.
En su última sesión en marzo, el Ifab decidió descartar el chip en el balón y la ayuda de las imágenes de video, que hubieran evitado el error ayer de Larrionda.
Sí, se decidió seguir probando con los árbitros de meta, situados junto al arco y que tras ser testeados en la Liga Europa la pasada temporada estarán también la próxima campaña en la Liga de Campeones y en los choques de la clasificación para la Eurocopa de 2012.
El secretario general de la Fifa, Jerome Valcke, deslizó ayer que podrían estar ya también en el próximo Mundial de Brasil 2014.
En opinión de Lampard, llegan tarde. “Antes del Mundial a los jugadores se nos recordaron un millón de reglas diferentes y cambios que apenas afectan al juego, pero la más importante, la que marcó el partido hoy, no existe”.
El segundo fallo
Sostener que el “error” forma parte del fútbol, incluso de su belleza, se le torna con lo sucedido ayer cada vez más difícil al presidente de la Fifa, Joseph Blatter.
El estadio Soccer City de Johannesburgo, que albergará el 11 de julio la final, mostró un césped tan amarillento como el prestigio de los arbitrajes.
Argentina, que estaba siendo dominada por México, se puso en ventaja con un gol en grosera posición adelantada, un tanto que abrió el camino al 3-1 final.
Fue a los 26 minutos del primer tiempo, con Carlos Tevez girando la cabeza para acomodar perfectamente la pelota en la red tras una sutil habilitación de Leo Messi.
Lo que siguió fue un pequeño gran bochorno mundialista, con toda la selección mexicana reclamándole al línea la evidente posición adelantada. Los argentinos reaccionaron y fueron en masa a defender el gol. Tras más de dos minutos de dudas y consultas -en teoría nadie debería haber ayudado al árbitro pasándole información de lo que se vio en los monitores del estadio- Rosetti convalidó el gol.
Aunque a la Fifa se le escapó algo: la pantalla gigante del estadio sí mostró la polémica jugada, algo que siempre se intenta evitar.
Pero la suerte ya estaba echada: México era una selección desquiciada, partida, y recibiría dos goles más antes de descontar tardíamente. El final del primer tiempo vio a ambos equipos en un inicio de gresca en el cual Diego Maradona ayudó a calmar las cosas.
Toda una paradoja, porque en la recta final hacia el encuentro decisivo del Mundial, lo único que le faltará a los árbitros y a la Fifa será calma.