Con otra actuación satisfactoria
Santa Fe luce consistente

Pablo Iguri, destacado integrante del plantel del campeón-defensor, intenta zafar de la presión defensiva impuesta por Santa Fe Rugby Club. Este aspecto del juego resultó vital para lograr un triunfo de alta cotización.
Foto: Luis Cetraro
Derrotó merecidamente a Universitario de Rosario y quedó a un punto de la clasificación para la futura zona Campeonato del interuniones de Primera División.
César Miño
Con una producción que ratificó la solidez expresada en todas y cada una de sus presentaciones en lo que va del torneo, Santa Fe Rugby Club venció al Club Universitario de Rosario por 12 a 0, sumando su tercer éxito consecutivo y quedando a un paso de asegurarse el acceso a la futura zona Campeonato del Regional del Litoral 2010, organizado en forma conjunta por las Uniones Rosarina, Santafesina y Entrerriana.
Ante todo, resulta conveniente aseverar que no es casualidad que el multicampeón santafesino esté a un punto del objetivo primario, dos jornadas antes del cierre de la fase inicial: todo lo contrario, lo hizo a través de actuaciones que denotan solvencia colectiva y madurez individual, virtudes que -sabido es- en este deporte resultan fundamentales en la búsqueda de logros superiores.
Querer es poder
La consideración primigenia al intentar efectuar un análisis del partido disputado en la cancha 2 del predio de Sauce Viejo, surge de las circunstancias que lo condicionaron.
Partiendo de la necesidad de utilizar un escenario de juego secundario, para preservar la impecable cancha principal para su futura utilización como campo de entrenamiento del plantel de Nueva Zelanda, candidato a retener el cetro en el Mundial de Menores de 20 años.
Siguiendo con las adversas condiciones climáticas que acompañaron la totalidad del desarrollo, generando las conocidas dificultades para obtener, controlar y utilizar la pelota.
Pese a todo, el campeón-defensor y su anfitrión, jugaron de muy buena manera, adecuando sus movimientos a las cuestiones tácticas que permiten disimular los condicionantes precitados. De este modo, se generó un contenido que aún sin vértigo, poseyó elementos dignos de ser destacados.
Como la admirable precisión alcanzada en el handling por ambos protagonistas en la primera etapa, lo que acotó sensiblemente la cantidad de infracciones menores; o la solvencia defensiva demostrada por ambos, que obviamente conspiró con las posibilidades ofensivas que, aunque en escasa cantidad, lograron generarse.
El 3 a 0 del parcial reflejó una equidad manifiesta, en un contexto de marcada intensidad para mantener el control de la pelota o bien por intentar recuperarla; amén de algunas situaciones desperdiciadas vía kicks, fundamentalmente de parte del equipo visitante.
El complemento
La etapa final evidenció algunas características diferentes, producto de cierta “liberación” ofensiva, sobre todo del elenco rosarino, la que inequívocamente fue controlada por el impecable cerrojo defensivo santafesino.
Pero sin dudas, la diferencia que sustentó un triunfo tan inobjetable como valioso, estuvo focalizada en la producción del pack de forwards del vencedor; a partir de la superioridad impuesta en el scrum (se destacó Diego Colli en el aprovechamiento del juego desde la base) y el maul, formaciones que resultaron vitales para pergeñar las situaciones desde las que se generaron los penales que se erigieron en la vía hacia el importantísimo logro final.
Tan importante como la madurez que refleja un equipo que hasta aquí, sólo disfrutó de las mieles del éxito en la competición, es que lo consiguió con la autoridad de un protagonista convencido de sus propias aptitudes. Tal como lo demostró ayer, nada menos que ante el actual poseedor del preciado cetro regional.