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Reunión con los aliados

Cristina amenazó a los gobernadores con derogar el impuesto al cheque

Es el tributo que deriva solamente un 15 % a las provincias, y que la oposición quiere coparticipar en su totalidad. Randazzo negó que se intimide a los mandatarios, y dijo que todos “apoyan el modelo”.

 

De la redacción de El Litoral

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DyN/Télam

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, negó hoy categóricamente que la idea de la presidenta Cristina Fernández de eliminar el impuesto al cheque haya sido una jugada para neutralizar tanto los intentos de la oposición de modificar el sistema de reparto de los recursos federales, como los presuntos reclamos de gobernadores K.

“El impuesto al cheque es una anécdota contable, la gran medida económica sería la derogación del impuesto al cheque y estoy dispuesta a discutirla”, fueron las palabras que usó Fernández de Kirchner en su extensa exposición para dar a conocer su postura al respecto, discurso que a diferencia de otros, no fue transmitido por ningún canal de TV.

La presidenta les aclaró a los jefes provinciales que el motivo de la convocatoria “no es de apoyo al gobierno sino al modelo”, por lo que les remarcó que “yo no quiero que me apoyen” y aseguró que “lo que quieren”, en la oposición, “es no dejarnos gobernar”. “Hoy es el impuesto al cheque y mañana sería el impuesto a la paloma”, ironizó, para agregar que si fuera por la oposición “todo se va al demonio”.

A partir de ese momento, se generó un debate donde cada mandatario provincial expuso su situación, especialmente difícil en los casos de Misiones y La Rioja. En un gesto que no pasó desapercibido, la presidenta sentó a su derecha, en el lugar de privilegio, al cordobés Juan Schiaretti y a su izquierda al bonaerense Daniel Scioli. El resto de los mandatarios degustó el lomo con batatas del menú en las distintas mesas del Salón de de Convenciones de Olivos.

De la reunión, participó también el ex presidente de la Nación y actual titular del PJ, Néstor Kirchner, que aprovechó el encuentro para comunicar que el 7 de abril próximo comenzará a analizarse en el PJ proyecto de ley para un nuevo régimen de coparticipación, un tema que había adelantado en un discurso días atrás.

“Ni mu”

Randazzo, en tanto, afirmó que de los 17 gobernadores oficialistas y aliados que ayer estuvieron en Olivos, “ninguno” planteó quejas sobre la distribución de los recursos federales por parte del Ejecutivo nacional y rechazó que algunos mandatarios silencien sus presuntas críticas por miedo a posibles represalias en el envío de fondos.

“¿Miedo de qué van a tener? Se quiere demonizar al gobierno nacional y hacer aparecer en forma claudicante a los gobernadores frente a un gobierno nacional que los somete”, se quejó el ministro, y sostuvo que los mandatarios ayer en Olivos “no es que no dijeron “ni mu’: hablaron y hablaron favorablemente sobre el modelo”.

En declaraciones a radio Mitre, Randazzo negó que el anuncio de la presidenta de avanzar en la eliminación del impuesto al cheque haya buscado desarmar a la oposición que, el miércoles 7 de abril, insistirá en el Senado para aprobar el proyecto para ampliar el porcentaje coparticipable de ese tributo. “No, no es ése el sentido”, remarcó el funcionario, y subrayó que “siempre la presidenta ha señalado la necesidad de que la Argentina vaya saliendo de un sistema tributario regresivo por uno más progresivo”.

Lo que sucede, argumentó, es que “esto no es fácil. Es muy fácil decirlo pero cuando uno gobierna se hace difícil salir de este tipo de tributo”.

Cordura

El titular de la cartera política aprovechó para volver a pedir “cordura” a la oposición frente a su insistencia en avanzar con la reforma del impuesto al cheque y evitó contestar una pregunta referida sobre si la jefa del Estado estaría dispuesta a “vetar” esa iniciativa si fuera aprobada en el Congreso, como les habría adelantado ayer a los gobernadores.

“En principio, creemos que va a primar la cordura en el parlamento”, señaló Randazzo y analizó que aunque “está muy bueno que el Congreso debata este tipo de temas”, debe hacerlo “con suficiente previsibilidad, con la responsabilidad de saber que la Argentina necesita seguir manteniendo previsibilidad macroeconómica y un manejo responsable de sus números”.

En cuanto a las alternativas del encuentro, ayer en la residencia de Olivos con gobernadores K y aliados, Randazzo confirmó que en ese ámbito “la presidenta señaló que, tal vez, lo más atinado sería la derogación del impuesto al cheque, ya que es distorsivo”, de cara a la próxima discusión del Presupuesto.

En camino

El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó que en el gobierno “ahora estamos trabajando en los números finos de la propuesta” para la reapertura del canje de la deuda en default, que ratificó tendrá “una quita algo superior” que la oferta del 2005. Antes de comenzar su exposición ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado -luego de dos faltazos consecutivos-, Boudou precisó que ya “se empieza a trabajar en el presupuesto 2011”. Sobre la situación económica en general, el titular del Palacio de Hacienda reconoció que “falta mucho para salir pero estamos en ese camino y no hay que abandonar las políticas que sin dudas van a permitir continuar en el crecimiento”.

/// EL DATO

/// análisis

Hugo Grimaldi (DyN)

En los jardines de Olivos se respiró un clima de hipocresía que fue más allá de la masa de dinero que hay en juego entre la Nación y las provincias, como si el matrimonio por conveniencia que tiene atados a los gobernadores con el poder central tolerara aún ciertas mentiras en nombre de la convivencia.

Si bien el cóctel de disciplinamiento que pide el kirchnerismo se da de patadas con las dificultades fiscales que padece el gobierno de la Nación, los mandatarios provinciales tampoco se salvan de la crítica, porque están haciendo un doble juego que encubre muchos de los problemas que tienen para enderezar las cuentas de sus distritos.

Las sonrisas de ocasión de los visitantes, sumadas a la necesidad política del gobierno central de no dar el brazo a torcer para no mostrar más pérdida de poder, pusieron las cosas de los dos lados al borde de una partida de truco.

Todos conocen los puntos que calzan los demás y saben que se necesitan mutuamente: los gobernadores buscan plata y el kirchnerismo, despliegue territorial que los jefes distritales le pueden asegurar.

Por su lado, y en línea con su habitual brutalidad política, los Kirchner han dejado bien en claro que por encima de la economía y casi como una cuestión de principios, está la fidelidad que los gobernadores tienen que prestarle sí o sí a un esquema de asignaciones discrecionales que vaya por encima de cualquier distribución automática, aunque eso les signifique cierta sumisión.

En tanto, entre éstos se registran al menos tres posturas de trazo grueso, con sus matices: de alineamiento, entre aquellos que están jugados políticamente; de cierto recelo, en algunos menos comprometidos con el kirchnerismo y de algún grado de picardía en otros, desosos de mantener el statu quo, para que el costo político en sus provincias lo termine pagando la Nación.

En este último punto, es un clásico que mientras los gobernadores se muestran como pobres víctimas, por otro lado la situación, tal como se plantea por estos días, les resulta más que funcional para justificarse ante sus votantes. A los popes provinciales no les molesta tanto arrodillarse para pedir fondos si al final de la carrera le pueden echar la culpa “a Buenos Aires” cuando las cosas no se hacen en las provincias por falta de dinero.

Por eso, no extrañó la astuta jugada de Cristina Fernández que apuntó a correrlos con la derogación lisa y llana del impuesto al cheque (o probablemente con una baja de alícuota a cero), sin decirles cómo se van a reemplazar esos recursos, con lo cual el mensaje fue muy claro para que se lo transmitan a sus legisladores: “Si nos hundimos, nos hundimos todos”, lo que lleva implícito un “no se van a atrever a derogarlo”. Es mejor 17 % de algo que cero.

Entonces, como de Coparticipación ni hablar, el grupo de gobernadores más afines a la Casa Rosada hizo como si le creyera a la presidenta, ya que todos saben de memoria que en estos tiempos de centralismo de Caja no hay plafond para plantear reivindicaciones caudillescas y federales. Y menos si en el revoleo pueden acceder a nuevos premios, vía asignaciones específicas o distribución de las Reservas. A lo sumo, dicen por lo bajo, van a esperar que se apruebe el Presupuesto 2011, para jugar entonces sí su partido, de cara a las presidenciales.

Un juego de hipocresías

Cristina amenazó a los gobernadores con derogar el impuesto al cheque

“Hoy es el impuesto al cheque y mañana sería el impuesto a la paloma. Lo que quieren es no dejarnos gobernar”, analizó la presidenta.

Foto: DyN



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