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Apreciaciones sobre el Día del Niño por Nacer

“Es cierto, insistí con la institución del 25 de marzo como el Día del Niño por Nacer para la ciudad de Santo Tomé; es una iniciativa que he vuelto a presentar porque, al no haber sido tratada nunca -más allá de solicitarlo en diversas oportunidades a lo largo de más de dos años-, ya ha perdido vigencia parlamentaria”, manifestó a este medio el edil justicialista Sergio Ripoll, referente de la agrupación Futuro con Dignidad, cuyo trabajo se encuentra bajo estudio de la comisión de Gobierno del Concejo Municipal. “Estimo conveniente que el Día del Niño por Nacer se celebre cada 25 de marzo, porque es la fecha en que la cristiandad celebra la Anunciación a la Virgen María; creo que el nacimiento más celebrado en el mundo, tanto por cristianos como por no cristianos, es el de Jesús, cuyo momento de concepción coincide con dicha fecha”, resaltó después.

“La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, proclamó que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, por lo que ratifica la afirmación contenida en la Carta de las Naciones Unidas, con respecto a la fe de todos los pueblos en los derechos fundamentales, la dignidad y el valor de la persona, así como en la igualdad de derechos de todo el género humano”, explicó también. “Tal como se afirma, por ejemplo, en el Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño, la criatura, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso una debida protección legal, antes y después del nacimiento”, continuó describiendo el concejal.

“Especialmente en su etapa prenatal, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindad por su madre; la vida, el mayor de los dones, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible, por lo que el derecho a ella no es una cuestión de ideología ni religión, sino una emanación de la naturaleza humana”, agregó. “La calidad de la persona, como ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, deviene de una prescripción constitucional... y para nuestra Constitución, como para la legislación civil y penal, la vida comienza en el momento de producirse la concepción”, recordó para finalizar.

 



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