El Papa exhorta a los jóvenes
a no temer crisis y desempleo
Juan Lara
(EFE)
Benedicto XVI ha exhortado a los jóvenes a no tener miedo ante la crisis económica y el desempleo actual, asegurándoles que el futuro está en sus manos y que la fe en Cristo les dará la fuerza para afrontar con serenidad la vida y asumir responsabilidades familiares y profesionales.
“El futuro está en vuestras manos, en los que saben buscar y encontrar fuertes razones de vida y esperanza”, afirmó Benedicto XVI en su mensaje con motivo de la XXV Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará el 28 de marzo, Domingo de Ramos, y que ha hecho público el Vaticano.
El Pontífice señaló que esta jornada, que tendrá lugar a nivel diocesano en todo el mundo, es la antesala de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid en agosto de 2011, “donde espero seréis muchos a vivir ese evento de gracia”.
Benedicto XVI tiene previsto viajar a Madrid para presidir esa XXVI Jornada, que se desarrollará del 16 al 21 de agosto en la capital española y a la que se espera asistan más de dos millones de jóvenes de todo el mundo.
En su mensaje, el Obispo de Roma afirmó que los jóvenes de hoy tienen que afrontar muchos problemas derivados del desempleo, la falta de puntos de referencia y de perspectivas concretas de futuro y que, ante ese panorama, pueden tener la impresión de ser impotentes para superarlos.
“A pesar de las dificultades, no os desesperéis y no renunciéis a vuestros sueños. Cultivad la fraternidad, la justicia y la paz. El futuro está en vuestras manos, la fe en el Señor os hará fuertes y generosos y os dará fuerzas para afrontar con serenidad la vida y asumir responsabilidades familiares y profesionales”, los exhortó el Papa.
El anciano Pontífice, de 82 años, les pidió que se comprometan a construir el futuro mediante una formación personal y de estudios seria, para servir de manera “competente” al bien común.
Benedicto XVI abogó por un desarrollo humano integral y señaló que los grandes desafíos que tienen que afrontar, “urgentes y esenciales para la vida de este mundo”, son el uso de los recursos de la Tierra y el respeto de la ecología, la justa división de los bienes y el control de los mecanismos financieros.
También citó la solidaridad con los países pobres, la lucha contra el hambre en el mundo, la promoción de la dignidad del trabajo, la cultura de la vida, la construcción de la paz entre los pueblos, el diálogo interreligioso y el buen uso de los medios de comunicación social.
El Papa animó a los muchachos a renunciar a una vida mediocre y a ir a contracorriente frente a la mentalidad actual, que propone -dijo- una libertad desvinculada de valores, de reglas, de normas objetivas, “e invita a rechazar cualquier límite a los deseos del momento”.
Según Benedicto XVI, ese tipo de propuestas, en vez de conducir a la verdadera libertad lleva al hombre a convertirse “en esclavo de sí mismo, de sus deseos inmediatos, de ídolos como el poder, el dinero, el placer desenfrenado y las seducciones del mundo, haciéndolo incapaz de seguir su nativa vocación al amor”.
Benedicto XVI recordó en su mensaje que estamos en el Año Sacerdotal y animó a los jóvenes a “no tener miedo” si se sienten llamados a la vida religiosa, monástica, misionera o de especial consagración, “ya que Dios sabe dar una profunda alegría a quien responde con valentía”.
También les dijo en su mensaje que los que sientan la vocación del matrimonio “que lo acojan con fe” y se comprometan a poner las bases sólidas para vivir un gran amor, fiel y abierto al don de la vida, que es gracia y riqueza para la sociedad y para la Iglesia.