Devuelvan a Charly o déjenlo ir
“Charly García festejó su cumpleaños en Vélez”, titulan los matutinos nacionales. Las fotos y los videos que se publicaron del show que dio el gran músico nacional -o lo que queda de él- anoche en el estadio del mencionado club de fútbol muestran un señor con un andar inestable, titubeante, de pelo corto y prolijo.
“Atrás quedaron los meses de internación, de preocupación y aislamiento. A Charly se lo notaba relajado, cómodo. Bailaba, aplaudía, lo aplaudían. Era su día, su festejo. Y para seguir festejando invitó a su “ídolo y maestro’, tal como lo presentó, Luis Alberto Spinetta, para cantar “Rezo por vos’”, escribió un cronista en Clarín.
Me habría encantado estar ahí para poder aplaudirlo y, a la vez, me acuerdo de que no quiero verlo más.
El fin de semana pasado, Luis Majul le hizo una entrevista a lo que queda del Charly que todos conocimos y quisimos.
“¿Cómo estás Charly? Se te ve bien, con ganas”, preguntaba y respondía el periodista, visiblemente incómodo por el estado que mostraba su entrevistado.
“Sí. Estoy bien, ésta es una nueva etapa para mí”, contestó con dificultad el músico varios segundos después de buscar las palabras lejos, con la mirada perdida.
“¿Cómo te preparaste para el show?, ¿ensayaste mucho?”, insistió Majul. “Sí. Con el Zorrito”, dijo el García “recuperado”.
Creo que cuando los ídolos como él dejan de ser y comportarse como los conocimos deberíamos dejarlos ir; no ser egoístas, sino menos hipócritas, perdonarles los excesos que los hicieron perfectos, perpetuos y recordarlos así. Como también a Maradona, si lo prefieren, jugando al fútbol. Nada más.
No creo en las recuperaciones, no creo en los regresos. Sólo quiero pensar convencida que está en algún lugar haciendo lo que sabe hacer -seguramente estimulado-, pero jamás volver a ver a Charly García convertido en una planta. Y que Majul se dedique a otra cosa.