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Reclaman atención de los funcionarios

El Museo Histórico es blanco de actos de vandalismo

El titular de la institución, Julio Tocci, acompañó en una breve recorrida a El Litoral, para mostrar los daños que hacen algunos santafesinos. Se ven pintadas en las paredes, roturas en las veredas y personas viviendo en las galerías.

De la Redacción de El Litoral

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La edificación de época recibe la tardecita santafesina ofreciendo un recorrido por el pasado, pero lamentablemente, la oportunidad de la visita al Museo Histórico Provincial “Brigadier Estanislao López”, no sirve para revisar, desde algunos aspectos, cómo es que Santa Fe llegó a ser la ciudad que hoy es. Muy por el contrario, se trata de un relevamiento de los daños que se registran en la antigua casona ubicada en la esquina de San Martín y 3 de Febrero, y alrededores.

El arquitecto Julio Tocci, titular de la institución, visiblemente preocupado comentó a El Litoral que en las paredes del casco del museo -que data del siglo XVII- se comenzaron a ver pintadas de todo tipo hace más o menos un año. Nombres de grupos musicales, leyendas políticas, insultos y otros grafitis, se encuentran desparramados por los muros.

“Si no cuidamos los mismos ciudadanos el patrimonio histórico cultural que nos pertenece, si no lo reconocemos, nos está marcando el final de una existencia”, explicó Tocci.

Las escrituras “tienen una caligrafía muy cuidada, lo que nos lleva a pensar que es gente que tuvo el cuidado y la dedicación para hacer eso”, se lamentó.

Las galerías que tiene la construcción en esquina albergan a visitantes ocasionales y no tanto. En un rincón, un colchón y una manta indican que alguien utiliza el lugar para descansar; a la vuelta, la escena se repite y si se completa el giro, se ve a un joven tirado sobre el piso y tapado.

“Son personas que directamente viven acá, hay dos chicos y un matrimonio”, relató Tocci, y agregó que uno de ellos es de la provincia de Córdoba, y al otro lo echaron de la casa. “Nos da mucha pena que esta gente esté así, y que nadie se acerque a intentar darles una solución”, manifestó.

Por la zona, se ven numerosos grupos de chicos subiendo y bajando desniveles del paisaje, en sus patinetas. El peor resultado de la práctica también queda registrado en el museo: se ven baldosas rotas en las veredas, escalones y canteros.

Urgente atención

En varias oportunidades, desde el museo se dio aviso a la policía cuando veían a alguien escribiendo una pared, “pero no encontramos eco en la fuerza que se dedica a vigilar este sector”, explicó el arquitecto. Si bien Tocci aclara que los hechos mencionados son menores si se los compara con la inseguridad que se vive hoy en día, en años anteriores, la misma Policía se ocupaba de tapar las escrituras, con una mano de pintura.

Además de la Policía, la custodia y promoción de la cultura es una obligación del Estado. “Solicitamos ayuda en Obras Públicas del gobierno provincial y municipal, y nos dicen que hay otras prioridades, lo mismo en los ministerios a los que pertenecemos”, dijo el arquitecto, con resignación.

Sobre las personas que viven en el lugar, señaló que le preocupa que en poco tiempo el museo comienza a recibir visitas de escolares, y que si bien forman parte de la realidad, es difícil manejar la situación con los niños de los jardines.

“Hicimos los reclamos a la Municipalidad y nos dicen que ellos no pueden proceder, el Cobem les trajo comida y mantas, pero no los sacan. La policía, atendiendo a los derechos humanos, dice que no puede intervenir en esas situaciones”, señaló Tocci.

Al director del Museo se lo consultó sobre porqué las autoridades pertinentes no incluyen las necesidades de la institución, en los programas culturales impulsados por estos días. “A veces estamos y otras no. Nosotros tenemos actividades, planificación anual, visitas, exposiciones, conferencias, eventos, pero no debe entrar del todo en esa programación, si no hay atención a esta situación, que es primordial”, respondió.

AB

El Museo Histórico es blanco de actos de vandalismo

Las pintadas con aerosol se encuentran en varios lugares de la antigua estructura que conserva parte del pasado santafesino.

Foto: Néstor Gallegos

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EL DATO

Única en la ciudad

Instalada la ciudad de Santa Fe en su emplazamiento actual (1650-1660), se comienzan a edificar casas. Cerca de la Plaza de Armas (actual Plaza de Mayo), don Juan de los Ríos, oficial español, construye una amplia casona (1662) que, a su muerte, pasa en propiedad a la corona española. Subastada en 1742, fue adquirida por el maestre de campo don Bartolomé Diez de Andino, casado con doña Juana Maciel. La histórica casa de los Diez de Andino fue elegida como sede para el Museo Histórico Provincial, bajo el gobierno del doctor Manuel María de Iriondo, el 10 de septiembre de 1940. Es la construcción civil más antigua que se conserva en pie en el país y, por eso, una pieza histórica en sí misma.

en imágenes

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Falta dinero

Las inscripciones en las paredes se extienden en toda la edificación. Hasta hace poco tiempo, los mismos agentes de la policía se ocupaban de pintar los lugares que se escribían, pero dejaron de hacerlo. El director de la institución reclama más atención de las autoridades provinciales y municipales.

Foto: Néstor Gallegos

“Son personas que directamente viven acá, hay dos chicos y un matrimonio”, relató Tocci, y agregó que uno de ellos es de la provincia de Córdoba, y al otro lo echaron de la casa. “Nos da mucha pena que esta gente esté así, y que nadie se acerque a intentar darles una solución”, manifestó.

Por la zona, se ven numerosos grupos de chicos subiendo y bajando desniveles del paisaje, en sus patinetas. El peor resultado de la práctica también queda registrado en el museo: se ven baldosas rotas en las veredas, escalones y canteros.

Urgente atención

En varias oportunidades, desde el museo se dio aviso a la policía cuando veían a alguien escribiendo una pared, “pero no encontramos eco en la fuerza que se dedica a vigilar este sector”, explicó el arquitecto. Si bien Tocci aclara que los hechos mencionados son menores si se los compara con la inseguridad que se vive hoy en día, en años anteriores, la misma Policía se ocupaba de tapar las escrituras, con una mano de pintura.

Además de la Policía, la custodia y promoción de la cultura es una obligación del Estado. “Solicitamos ayuda en Obras Públicas del gobierno provincial y municipal, y nos dicen que hay otras prioridades, lo mismo en los ministerios a los que pertenecemos”, dijo el arquitecto, con resignación.

Sobre las personas que viven en el lugar, señaló que le preocupa que en poco tiempo el museo comienza a recibir visitas de escolares, y que si bien forman parte de la realidad, es difícil manejar la situación con los niños de los jardines.

“Hicimos los reclamos a la Municipalidad y nos dicen que ellos no pueden proceder, el Cobem les trajo comida y mantas, pero no los sacan. La policía, atendiendo a los derechos humanos, dice que no puede intervenir en esas situaciones”, señaló Tocci.

Al director del Museo se lo consultó sobre porqué las autoridades pertinentes no incluyen las necesidades de la institución, en los programas culturales impulsados por estos días. “A veces estamos y otras no. Nosotros tenemos actividades, planificación anual, visitas, exposiciones, conferencias, eventos, pero no debe entrar del todo en esa programación, si no hay atención a esta situación, que es primordial”, respondió.

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Pasan los días

Dos jóvenes linyeras viven en las galerías del museo. Según se supo, uno sería de la provincia de Córdoba y otro, que sólo pasa la noche, fue expulsado de su casa por su adicción a las drogas. En algunas oportunidades, se generan situaciones “incómodas” con los niños de jardines de infantes que visitan el museo.

Foto: Néstor Gallegos

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Poco indicado

Grupos de skaters realizan sus maniobras en las escaleras del museo, que terminan rotas. Bueno sería que las autoridades correspondientes presten atención a este deporte que crece en la ciudad y creen un lugar acondicionado para la práctica de los aficionados. El Museo Histórico no es el único espacio público invadido que termina roto. Foto: Néstor Gallegos



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