A planificar los forrajes
En el INTA Oliveros se desarrolló un importante encuentro de capacitación. La intensificación plantea el desafío de una mejor nutrición animal.
Federico Aguer
(Enviado Especial)
Planificar, esa es la cuestión. Tranqueras adentro siguen quedando cuentas por mejorar, y en medio de un contexto climático cada vez más incierto, la planificación de los forrajes conservados parece ser una salida que puede reducir costos y aumentar la rentabilidad.
Para Luis Bonetto, director de Sembrando Federal, el año pasado, al armar el plan de capacitación decidieron que en las épocas de crisis es cuando es que hay que estar más informado. Por eso apostaron a los forrajes conservados. “La prueba está en la presencia de más de 300 personas acá”, sostiene. Para Bonetto, pese ala crisis, hay que tomar el desafío de hacer cosas y de participar. “Todos los disertantes dejaron una gran enseñanza: aprovechar el pasto, yendo hacia una agricultura y lechería de precisión que ajuste los detalles, la información y capacitación. La genética es clave, pero si no está bien alimentado, el animal nunca puede lograr todo el potencial que tiene”.
Los aspectos nutricionales son fundamentales y la masiva presencia de productores y contratistas así lo confirma. Llegaron desde Corrientes, Entre Ríos, Salta, Córdoba, Tucumán, Jujuy, Santa Fe, Uruguay y Paraguay. “Esto nos marca el panorama, y muestra que el productor está enojado pero activo. Marca que el sector agropecuario es el más preparado para salir de la crisis. Estos eventos lo demuestran porque permiten confluir los contactos, la información y el intercambio”, analiza.
Planificación
El Ing. Agr. Luis Romero, del INTA Rafaela, fue uno de los disertantes sobre el tema: Henificación y henolaje. Para el especialista, uno de los mayores problemas es que el productor no planifica y va trabajando en base a una idea general. Para no enfrentar situaciones de comprar afuera debe planificar conservando lo que tiene en su campo. “Este año no se pudo hacer mucha reserva para el invierno por la deficiencia del maíz y del sorgo. Siempre hay que hacer un poco más que lo previsto. El animal necesita forraje, y si lo compro afuera lo pago caro y nunca puedo constatar la calidad del mismo”, sostiene.
El Ing. Agr. Pablo Cattani habló de la confección de heno y los problemas más clásicos con la maquinaria, la estrategia, la calidad del corte y la toma de conciencia de que hay que lograr calidad para amortizar los costos. “Dentro del tema del heno y del silaje mostré los costos para que vean que es posible incorporar tecnología, un proceso poco común en Argentina, ya que somos un país en donde se incorpora poca tecnología en corte”, criticó.
“Hace 16 años que trabajo con forraje y el productor nunca marcó tendencias ni proyección sistemática. Las reservas ya tendrían que haber estado el año pasado. Tiene que haber un presupuesto forrajero para que si el año no viene bien pueda sembrar verdeo, hacer forraje y atajar el tema de la seca”, aclara.
Autocrítica
Para Cattani, al no haber planificación tenemos altos costos. Decimos que una cortadora es cara porque vale $ 120.000, pero no calculamos cuánto podemos ganar con eso. De la tranquera para afuera hay un montón de problemas como el clima, la realidad, el gobierno, y es poco lo que podemos hacer. De la tranquera para adentro somos los dueños del éxito o el fracaso”, finaliza rotundo el profesional cordobés.
Otra ponencia estuvo relacionada al tema de la elección del híbrido a utilizar en silaje de maíz y la utilización del mismo, la cual estuvo a cargo del Ing. José Méndez de la Agencia de Extensión rural de Totoras.
Finalmente, el tema de la lechería de precisión fue abordado por los Ing. Agr. Juan Giordano y Miriam Gallardo del INTA Rafaela, abordando la temática de la mecanización de los alimentos, el uso del míxer para formular dietas balanceadas en base a forrajes conservados.