María José, presidenta de Amyt, apuesta al trabajo en prevención del VIH con sus colegas.
Mariana Rivera
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“Muchos clientes aceptan las reglas del juego: si no se ponen el profiláctico, prefiero irme sin un mango pero no lo hago. Pero también están los que te ofrecen mucha más plata para no usarlo. Hay chicas que lo han hecho, por necesidad, y ahí se contagiaron”, confió María José, presidenta de la Asociación de Mujeres y Travestis de Santa Fe (Amyt), una ONG creada hace casi 3 años en nuestra ciudad.
María José es transexual, trabajadora sexual y habló con sinceridad sobre la realidad que se vive en nuestra ciudad en relación con el VIH/Sida, hace unos días.
Hoy se conmemora el Día Internacional de Lucha contra esta enfermedad, que -en el país- lleva registradas 67.245 personas infectadas, entre 1982 y 2007, según las estadísticas que maneja la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual del Ministerio de Salud de la Nación.
“Siempre me cuidé de las enfermedades de transmisión sexual, incluso antes de que se empezara a escuchar esta noticia de la “peste rosa’, no por miedo a la enfermedad ni a la muerte, sino por precaución, para que el día de mañana no venga un tipo y me diga “vos me enfermaste’. No sólo servimos para el trabajo sexual sino que estamos defendiendo la vida de todos, porque hoy por hoy nadie está exento de tener un VIH”, aclaró María José.
Y agregó: “Mi familia siempre me crió de esa forma: me dijo que me tenía que cuidar, fueras lo que fueras, hombre o mujer, según la elección del sexo que iba a tener. A los 10 u 11 años, mi mamá me empezó a hablar de sexo”.
Amyt trabaja en prevención del VIH en coordinación con el hospital Iturraspe, a través de los servicios de Infectología y Servicio Social.“Niky Martínez, el asistente social, nos hizo los contactos para que la asociación tuviera médicos que nos quisieran atender. Hay muchas chicas que trabajan hasta altas horas de la noche y les era imposible ir a la madrugada al hospital a pedir un turno. Aparte, las chicas travestis se sienten discriminadas todo el tiempo y por eso no quieren ir al hospital”, recordó la entrevistada.
Gustavo Papili, asistente social del Iturraspe, explicó que este trabajo de prevención consiste en la distribución de preservativos por intermedio de referentes de Amyt, quienes los van retirando del hospital a medida que necesitan. Éstos son repartidos en las paradas en donde se reúnen las mujeres, pero también en los boliches que frecuentan los fines de semana.
Coordinando acciones
En relación con la atención en salud, explicó que “como generalmente trabajan por la noche, se había acordado que una de las ventanillas de los consultorios externos estaría disponible desde las 10 de la mañana, para darles turnos. Pero posteriormente la atención se hizo más fluida, ya que las médicas infectólogas, Laura Trosch y Patricia Gambino, las atienden igual, si llegan al hospital sin turno”.
Sin embargo, Papili admitió que -a pesar de que tenían la posibilidad de concurrir al hospital- tanto travestis como trabajadoras sexuales vivían situaciones de discriminación para ir a hacerse una extracción de sangre para el test del VIH o directamente eran reacios a recibir atención médica.
Fue así que -aseguró- se busca un domicilio de algún miembro de la ONG para hacer las extracciones de detección del VIH y se aprovecha la oportunidad, por ejemplo, para ofrecer vacunación antigripal, como se hizo en el otoño.
No obstante, aclaró que en el hospital se continúa ofreciendo la posibilidad a toda la población de realizarse la prueba del VIH, única forma de poder detectar el virus que provoca el Sida, y consejerías sobre prevención, asistencia y tratamiento para esta enfermedad.
Por último, recomendó “seguir usando preservativo porque, más allá de los avances farmacológicos, es la única forma de no infectarse del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual. Se trata de la oportunidad que tenemos de ser solidarios”.
Tests y preservativos
Respecto de los controles de salud que se realizan en el Iturraspe, María José explicó que “nos hacemos cada tres o seis meses, de acuerdo a cómo vayan dando los análisis. La doctora Laura se dedica a VIH y otras enfermedades de transmisión sexual pero después depende de cada una si quiere hacerse otros controles generales. También nos hace derivaciones a otros médicos, si es necesario, que ella conoce dentro del hospital, gente que está de acuerdo con ayudar a una travesti o un gay”.
La información para prevenir el contagio del VIH también es un eje fundamental del trabajo de esta ONG en la ciudad, donde desempeñan sus tareas -según sus propios cálculos- más de 700 trabajadoras sexuales, la mitad de las cuales son menores de edad.
En este sentido, María José comentó que “tenemos chicas que son referentes en las paradas donde trabajamos, por zonas: están dedicadas a repartir profilácticos y charlar con las otras chicas, mientras ellas también trabajan. Se paran en una esquina con las otras y hablan sobre cómo cuidarse de todas las enfermedades de transmisión sexual. Tienen buena respuesta de las chicas porque son amigas, más allá de la rivalidad que hay entre las esquinas de trabajo. Las chicas están temerosas de las enfermedades de transmisión sexual, que son cada vez más. Te escuchan”.
Sin embargo, admitió que “con la situación económica que estamos viviendo, hay chicas que se han arriesgado por la necesidad, tanto las chicas mujeres porque tienen hijos, como las chicas travestis que viven y mantienen a sus mamás. Se arriesgan para llevar un mango a sus casas al otro día, pero las estamos concientizando de que no lo hagan más”.
Ayuda institucional
Ante estas situaciones, la activista reconoció que “les digo que no lo hagan y que se pongan en contacto con la institución para que, entre todas, las ayudemos solidariamente si no tiene hoy para darle de comer a sus hijos. La institución puede servir para eso y también para cuando hay una chica enferma. No para conseguirle los medicamentos porque el hospital se los da, pero sí para conseguirle mercadería u otras cosas. No sucede que todos los días te vas sin plata: puede pasarte un día y los demás días no te llevarás una fortuna, pero trabajás para darle de comer a tus hijos”.
“También hay chicas que se enferman porque tienen al “rufián’, como le decimos nosotros, que les dice que no usen profilácticos porque van a hacer más plata. Les importa la plata más que la salud de estas criaturas, porque tienen entre 17 y 18 años”, agregó.
Por último, admitió que “el año pasado, lamentablemente se nos murieron dos chicas de VIH porque no quisieron ir a hacerse ningún control. Las conocíamos porque casi todas nos conocemos, desde chicas. Pero por más que no eran de la institución, habíamos hablado con ellas para acompañarlas al hospital, a hacerse las pruebas y los controles, pero no querían. Cuando supimos que tenían VIH, ya estaban muriéndose. Tenían 36 y 40 años”.
Y lamentó: “Para nosotros fue muy fuerte porque en Santa Fe, desde que estamos con la asociación, nunca habíamos tenido un caso de Sida dentro de las conocidas. Para todas nosotras fue un golpe muy duro porque las conocíamos de toda la vida”. Por eso, insistió en la necesidad de poner en práctica acciones para prevenir el contagio del VIH/Sida.
Lo Bueno
“Con la asociación logramos que la hipocresía haya disminuido un poco, que las chicas sean menos miradas. Eso es bastante, aunque quedan personas que no piensan así”, advirtió María José.
Y continuó: “La gente grande lo entendió porque esto existió toda la vida y ellos lo veían, pero más tapado. Pero me extraña que los chicos sean los que más discriminan, porque están creciendo rodeados de travestis, lesbianas y gays. Hoy todo es mucho más abierto: los gays van por la calle tomados de la mano, las travestis andan con sus maridos. Pero las chicas (de Santa Fe) tienen terror de ir al centro, porque se junta la juventud en una esquina y se burlan de ellas”.
Lo Malo
La homofobia es el prejuicio, estigma o discriminación hacia las personas que mantienen relaciones sexuales con otras personas de su mismo sexo, mientras que la transfobia es el rechazo a transexuales, travestis y personas transgénero.
Se sabe que la homofobia y la transfobia contribuyen a la propagación del VIH y que el temor a la estigmatización suele disuadir a las personas que solicitan pruebas de detección del VIH, consejería y—cuando corresponde— recibir tratamiento.
Aunque sepamos que hay que usar preservativos puede darnos vergüenza y aunque sepamos que conviene hacerse el test del VIH podemos tener miedo, pero vale la pena.
Asociación de Mujeres y Travestis de Santa Fe
154-662147. CTA, Rivadavia y Junín, donde se hacen reuniones
y charlas de prevención.
ministerio de salud de la nación
0800 3333 444 (línea gratuita, confidencial y anónima).