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Nosotros: NOS-05
SOCIEDAD / INSTITUCIONES & PERSONAS
Cuando el espíritu se alimenta con bienestar
Centro de Jubilados 9 de Julio. Con su renovada comisión directiva, esta institución trabaja duro para brindar diferentes servicios a sus socios. Su máxima aspiración es poder tener una sede más grande, alquilando un club del barrio que hoy está abandonado. textos de Mariana Rivera.
"Ante tanta noticia de robos y asaltos, de soledad y depresión, queremos dar a conocer que hay un centro que trata de ser solidario y hacer bien", dijeron a modo de presentación algunos integrantes del Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales y Otras Cajas 9 de Julio, que funciona desde el año 1991 en su sede de Pedro Ferré 2948 de nuestra ciudad. Más allá de la variedad de servicios que ofrece a sus asociados -que suman casi 800 y en su mayoría son beneficiarios del Pami, aunque no es excluyente-, lo fundamental es que brindan es "un espacio para socializar, lo que es muy positivo para nuestros socios, ya que a cierta edad es malo aislarse. El hombre es un animal gregario y entonces la soledad enloquece. El hecho de compartir nos ayuda a todos y, además, podemos ser útiles a esta edad", argumentaron los responsables de esta institución. "Todas nuestras iniciativas no sólo sirven para la parte física sino para el espíritu. Nuestra meta es vivir cada segundo como nunca más, como dice la letra de una canción brasileña. Y, además, no hablamos de política, de religión ni de fútbol -aclararon-. Esto es un servicio que hacemos con alegría y no como una obligación o una rutina. Ya bastante trabajamos durante la vida. Las cosas, cuando se hacen con gusto, salen mejor. Desde este Centro de Jubilados nos esforzamos para darle al jubilado algo digno, para que termine su vida dignamente". Lionel Sandoval, Zunilda Ceresole de Espinaco, Aniceto Marchesi y Carlos Galizzi son quienes integran la comisión directiva de esta institución -con 16 años en actividad-, que inició su gestión en octubre de 2007. Su sede cuenta con la habilitación del Pami, lo que permite ofrecer una amplia gama de servicios a los socios: Enfermería (de lunes a viernes, de 8 a 11, a cargo de una enfermera profesional que toma la presión, aplica inyecciones y hace curaciones), Podología, Kinesiología y Psicología, además de gimnasia yoga. También aplican la vacuna contra la gripe que envía Pami, hacen nebulizaciones, detección de glucosa y colesterol una vez por mes, con un costo mínimo. "Con este estudio los pacientes deben ir al médico para hacerse tratar, ya que no contamos en ese servicio, pero tenemos un convenio con la Sociedad de Bioquímicos a través del cual nuestros socios concurren con la orden de su profesional de cabecera para hacerse los análisis. Nosotros mandamos esta documentación a esta institución y ellos nos envían las órdenes autorizadas. De esta manera, no pierden tiempo ni dinero haciendo colas para cumplir con ese trámite, que es gratis para los socios", subrayaron.
Una gestión pendiente
La actual comisión directiva de esta entidad trabaja en estos días con una meta especial: contar con una sede propia, ya que alquilan un sector de la Sociedad de Fomento 9 de Julio, y aspiran poder incrementar los servicios que actualmente ofrecen a sus socios. "Lamentablemente el salón nos queda chico, motivo por el cual hay muchas actividades que no podemos hacer -afirman-. Hace muchos años, alrededor de 1950, el barrio, a pulmón y esfuerzo, creó el Club de Bochas Chanta al Chico, ubicado en 9 de Julio al 4700. Vestíamos pantalones cortos todavía e íbamos allí todos a jugar. Era un club de bochas y la gente mayor se reunía a jugar a las cartas". "Entonces la gente vivía de otra manera: trabajaba las horas que tenía que trabajar y disponía de este lugar para distenderse. La concurrencia al club era diaria, hasta las 9 ó 10 de la noche, previo a la cena. Los vecinos se divertían en ese club, allí se festejaban las fiestas cívicas, se organizaban bailes y hay muchas parejas que se formaron ahí. Los vecinos llevaban sus sillas y las mesas, y era un ambiente muy familiar. Había carreras de embolsados, de sortijas, se hacían sorteos. El club era el alma del barrio y la gente se sentía contenida". "Pero pasaron los años y cuando falleció el bufetero (un trabajador ferroviario de apellido Garibaldi), el club quedó abandonado en medio de un barrio que está totalmente poblado; ya no quedan terrenos baldíos. En el año 2005 hicimos una presentación al entonces gobernador Jorge Obeid pidiendo ese predio, pero ocurre que el club actualmente pertenece a la cooperadora de la Escuela Bustamante; sin embargo, no lo limpian y tampoco lo utilizan para nada. Nosotros al menos queremos que nos alquilen ese club para darle una vida útil", desean los integrantes de la comisión directiva. "Si conseguimos aquel lugar no dejaríamos la actual sede, sino que aquí quedaría funcionando la administración y otras actividades y allá, en el club de bochas, tendríamos la posibilidad de organizar gran cantidad de talleres y otras actividades. Hoy continuamos trabajando en este sentido, a pesar de que la gestión anterior del gobierno provincial no nos dio una respuesta".
La biblioteca López Rosas
Con el aporte de los socios y la ayuda de los comerciantes de Facundo Zuviría, el Centro de Jubilados y Pensionados 9 de Julio ha ido creciendo en estos 16 años de actividad. Hace poco se consiguieron mejoras que facilitan la atención a los socios, como una línea telefónica (para pedir los turnos), un televisor en el hall de espera y una nueva computadora. La biblioteca -que lleva el nombre de José Rafael López Rosas y fue creada hace tres años- es un orgullo para esta institución. Zunilda Ceresole de Espinaco remarcó que "es la primera biblioteca en el país que lleva el nombre de este poeta e historiador nuestro, a quien habría que rendirle homenaje mucho más seguido. Siempre que hizo sus investigaciones respecto al ámbito nacional -y es un mérito que le reconozco- las vinculó con Santa Fe y, además, tenía una pluma maravillosa porque era poeta incluso cuando escribía de historia". "Estamos muy agradecidos de la generosidad de la gente para nuestra biblioteca -remarcó Zunilda-. Graciela Aranda, directora del Departamento de Literatura, en su momento nos ayudó e Irma de López Rosas es una especie de benefactora de este espacio. Todavía tenemos muchísimas cajas de libros que no podemos poner para la consulta porque no tenemos lugar. Hay volúmenes actuales y otros antiguos, entre ellos que tenemos algunos verdaderos tesoros. Desde La Plata nos llegó una revista para la hemeroteca de la Asociación Tradicionalista de esa ciudad, famosa en el país, que nos puso muy contentos, además de muchos libros de autores santafesinos que nos han donado", contó con orgullo. Cada año se organiza una fiesta para la biblioteca, en la que participan artistas que, generosamente, aportan su presencia y su trabajo en beneficio de la institución. "Eugenio Wade nos donó una de sus obras y se entregó en el centro un cuadro de José Rafael López Rosas. Han actuado Juan Carlos Durán, Lucho Ferreyra, Tiempo de Vivir y Otoño Feliz, y la actriz Clide Olivera, entre otros -enumeraron-. Tenemos que ver lo que los santafesinos tenemos de bueno y destacarlo".
Iniciativas constantes
Aquel objetivo de llevar alegría y mejorar el espíritu de sus socios se traduce hoy en varias iniciativas que se gestan dentro del Centro de Jubilados, intención que también se ve reflejada en las cenas y viajes que organizan desde la entidad. En este sentido, sus miembros contaron que "ya hicimos dos viajes cortos (a la Costa y a las Termas de María Grande) y organizamos la cena de fin de año, luego de que asumiéramos en octubre, a la que concurrió gran cantidad de personas. Y el pasado 10 de mayo hicimos la cena aniversario". Al momento de hablar del futuro cercano, los integrantes de esta comisión directiva aseguran tener "muchos proyectos en marcha como, por ejemplo, la contratación de un enfermero para que atienda a los socios y a la gente del Pami cuando están "internados' en sus domicilios; haga curaciones y aplique inyecciones. Este servicio está destinado a la gente que no puede movilizarse o no está en los sanatorios porque no hay camas". Todo esto con la intención de prestar cada vez más propuestas y soluciones a quienes dan vida a la institución. "Una entidad fundada el 3 de marzo de 1992, cuyo primer presidente fue José Bernardi -apuntan sus actuales integrantes-, y en la que se destacan aportes como el de Emílcar Demonte, quien colaboró mucho para la creación de la biblioteca".
Un sueño compartido
Reactivar el club de bochas Desde el año 2005, el Centro de Jubilados y Pensionados Nacionales y Anexos Otras Cajas 9 de Julio viene haciendo gestiones ante el gobierno provincial para poder conseguir que le sea entregado -junto con la Asociación Lazial de Santa Fe y Rosario- el local del Club de Bochas Chanta al Chico, situado en calle 9 de Julio al 4600. La intención es poder recuperar aquel edificio -que desde hace bastantes años está inoperante y en total estado de abandono- para brindar beneficios sanitarios, sociales, recreativos y culturales a la comunidad. El acceso a ese espacio será de mucha utilidad para la institución, puesto que el local donde actualmente funciona el Centro de Jubilados es pequeño y restringe la posibilidad de brindar más servicios a sus socios. De acuerdo a la investigación realizada por los integrantes del Centro en relación a los orígenes de este club de bochas, un grupo de inmigrantes -en su mayoría proveniente de la región del Lazio, en Italia- acostumbraba a reunirse los domingos para jugar a los naipes -generalmente en sus casas-, y aprovechaban esa circunstancia para entretenerse, hablar su idioma natal y recordar a la patria lejana y añorada. Pero como cada vez aumentaba más el número de contertulios, ya era difícil reunirse en una vivienda. Un hecho casual contribuyó a que hallaran una solución: salieron a la venta fracciones de un terreno ubicado en la zona norte de la ciudad, denominado Quinta de Iriondo. Las condiciones eran muy favorables para los posibles compradores, quienes -a su vez- recibían 10.000 ladrillos para la construcción. Al enterarse de esto, el grupo vio la posibilidad de comprar un lote para edificar un club barrial, abierto para los vecinos y, de ese modo, concretaba la idea de disponer un local propio. Desde ese espacio, el club atesoró una rica historia y dio vida a todo el barrio. Por eso, estas instituciones pretenden "que se restituya el club a sus verdaderos herederos, que están deseosos de trocar su abandono por un centro generador de actividades".
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