Daniela Sartor es la coordinadora del Centro de Escritores de Avellaneda y dijo del autor "quien conoce a Omar sabe de su calidad de artista, de su vida `por amor al arte'. La música, la pintura, la plástica, la historia, la literatura, creo sin orden de importancia, confluyen en él como una síntesis que lo definen".
"En su canto hay color -señaló- poesía en su pintura, forma en su museo. Omnipresente la poesía, aquí, dibuja su vida, es ella la que lo describe y lo muestra casi impúdicamente. Aunque revestida de imágenes y metáforas, su historia nos queda plasmada "sobre y entre líneas" con una profundidad casi hiriente en sus versos no escatima ante el dolor y la derrota, pero no se queda en el trazado intimista sino que se despliega a nosotros y nos hace partícipes de sus interrogantes que van desde el misticismo puro hasta el escepticismo inquietante".
Sartor finalizó diciendo: "Estrellas de arcilla culmina con un homenaje a los seres humildes y anónimos, a los que Omar dice les debe las alas".
Omar Nasich, como integrante del Centro de Escritores de Avellaneda, recordó en diálogo con La Región los tiempos en que eran "un grupo de autores que escribíamos solos, hasta que un día, hace diez años, nos convocó la directora de cultura, Miriam de Stechina, para darle forma al mismo, integrados a una propuesta cultural del municipio". Así surgió el Centro de Escritores de Avellaneda, que comenzó las actividades como taller. Los fundadores, junto a Miriam de Stechina, fueron Daniela Sartor, Hilda Bianchi de Visintini, Marilí Gruski, Juan Carlos Gruski, Rodolfo Pagura, Armando Bandeo y Omar Nasich.
"Empezamos lentamente -recordó- a analizar textos, obras. Tuvimos el coraje de proponernos para el año de fundación presentar una antología poética que se llamó `En vuelo', y que significó nuestro deseo de despegar. Después de eso, evolucionamos, comenzamos con certámenes de poesías y cuentos a nivel primario y secundario -ya vamos por el tercero-, salones de poemas ilustrados, con mucha participación y de buen nivel".
Respecto de las obras dadas a conocer, detalló: "Presentamos varias plaquetas, como "Savia del alma", "Latidos","Juntos soñando" y "Juntos caminando", antologías de cuentos breves, poesías o fragmentos acompañados por un movimiento literario musical que convierte a la reunión en una velada agradable".
"Y así llegamos a los diez años -expresa Nasich-, bajo el lema `Volamos bajo, como aves en bandadas, no somos estrellas'. Somos conscientes de que nos falta recorrer un camino largo, pero tampoco tenemos una falsa modestia. Por eso nos atrevemos a presentar libros o antologías. Somos unos diez integrantes. Nos reunimos semanalmente, según nuestras actividades, compartimos nuestros poemas, nos corregimos entre nosotros".
En cuanto a los proyectos, dijo: "En el 2001, luego de las fiestas, pensamos trabajar con dos profesores de literatura, Juan Carlos Gruski y Víctor Braidot, quienes tienen mucho conocimiento técnico. Queremos analizar grandes textos clásicos, aprender a desmenuzar un texto grande, cómo se lee una Ilíada o El Cid Campeador. A modo de taller. El centro es abierto para quienes amen las letras".